“Presencialidad” en Lima y Lambrama
Escribe, Efraín Gómez Pereira
Después de dos años de dificultades, dolor, traumas, ausencias y convivencia trastocada, millones de escolares regresan a la “normalidad” de las clases presenciales, lo que supone que miles de hogares peruanos también retornan a su “normalidad”.
Los colegios deben adecuar sus capacidades de infraestructura física y personal, a los tipos de servicios educativos dispuestos: Presencial, semipresencial o a distancia, cada uno con sus características, en las que prevalecen los protocolos, aforos, procesos de aprendizaje que se complementan y los rigores exigidos por el Ministerio de Salud.
En Lima, durante la primera semana de marzo, hemos experimentado los ajetreos del primer día de clases en etapa de recuperar la normalidad. El reencuentro de los hijos, sin abrazos, apapachos ni algarabías, manteniendo distancias físicas, al verse después de muchos meses –como sería normal- ya es una situación no normal. Preocupación por el tema de salud mental que deberá ser parte importante del currículo escolar.
Colegio Innova Schools, en Chorrillos, Lima.
A los usos habituales del plan académico, como son los útiles escolares, la lonchera, la movilidad; se suman de manera inevitable, medidas orientadas a preservar la salud, evitar contagios, acatar protocolos, llevar mascarillas y alcohol de uso diario, mantener distanciamiento en patios y aulas del colegio, exhibir el carnet de vacunación, llenar la ficha sintomatológica, etc.
Es una nueva normalidad a la que también los padres en el hogar deberemos adecuarnos de manera paulatina. De haber estado en modo 24/7 por dos años, encerrados en el domicilio, solo con algunas licencias necesarias, de las que los menores han estado casi exentos, pasamos a una etapa de ausencias prolongadas de los hijos, en ambiente de preocupación natural. ¿Estará bien? ¿Si se contagia? Nos toca mantener espíritu de razonable expectativa para que la normalidad regrese de manera paulatina.
En Lambrama, área rural
Lambrama, que tiene como otros distritos rurales, alumnos procedentes de comunidades alejadas, afronta un cuadro más preocupante, donde los protocolos oficiales casi colisionan con su realidad. La idiosincrasia del campo hace de los niños y jóvenes en edad escolar, partícipes directos de las actividades económicas y productivas de su comunidad, como las cosechas que coinciden con los meses iniciales del año lectivo.
Así, además de seguir con el curso de la normalidad escolar, deberán doblegar sus responsabilidades a la nueva realidad que involucra a las actividades comunales y la asistencia a las aulas, en ambos casos acatando los protocolos necesarios y obligatorios.
Corresponde a las autoridades educativas y comunales, actuar de manera responsable y coordinada, para hacer viable que este retorno a la presencialidad se desarrolle sin contratiempos, permitiendo a los estudiantes lograr el máximo beneficio de la educación aún en tiempos de emergencia.
Para ello es imprescindible garantizar matrículas, docentes, infraestructura educativa, conectividad segura, pues la presencialidad será escalonada y las clases escolares se desarrollarán, desde el 14 de marzo, de manera semipresencial; es decir, unos días presenciales y otros a distancia.
En el colegio secundario “Guillermo Viladegut Ferrufino”, hay matriculados 139 alumnos, seis menos que el 2021, cuenta con la plana docente completa y la infraestructura educativa con algunas limitaciones, como la biblioteca, la baja conectividad y la distancia de los alumnos que viven en comunidades alejadas.
El municipio distrital ha facilitado un vehículo que permitirá movilizar a los escolares de las comunidades bajas de la quebrada y tiene el compromiso de mejorar el sistema de tecnología que asegure una conectividad adecuada. El director del colegio Alipio Chipana, mantiene la expectativa que a fin de año, la presencialidad llegue al 100 por ciento.
En la escuela primaria, el director de la IE “Virgen de Fátima”, Juan Luis Salazar, confirma la matrícula de 68 menores, cuatro menos que el año pasado, con plana docente completa. Advierte, sin embargo, que dada la antigüedad de la estructura física del local escolar, hay necesidad de realizar reparaciones y mantenimiento urgentes, en los que el municipio distrital tiene la palabra.
Desde Lima, desde la Asociación de Residentes, abogamos porque el año lectivo se desarrolle de manera satisfactoria, para que los estudiantes lambraminos aprovechen las ventajas de la educación y los servicios que el estado comparte en situación de dificultad para todos. Este año proseguiremos con la campaña para dotar de libros y textos escolares a la biblioteca del colegio de Lambrama.