martes, 30 de junio de 2020

SANTA ISABEL DE CAIPE, 403 AÑOS

SANTA ISABEL DE CAIPE, 403 AÑOS

Escribe, Efraín Gómez Pereira

Hay fiestas costumbristas de mucho arraigo en nuestros pueblos que no se realizarán este año, debido a la situación de emergencia. Así, una de las manifestaciones religiosas más representativas de nuestra región, que envuelve mística, cultura, religión como es la fiesta de la Virgen de Caipe, o Santa Isabel de Caipe, será solo rememorada en la memoria de los lugareños y de miles de visitantes que ya la tenían en su agenda.  

Caipe, una las 19 comunidades del distrito de Lambrama, en Abancay. En su calurosa y entretejida arquitectura rural, con una plaza, callecitas apretadas, casitas de adobe, teja y calamina cobija a una de las más raras bellezas patrimoniales del catolicismo; la Iglesia Colonial de Caipe, que al mismo tiempo, acoge en sus sombras, en sus paredes de cal y canto, a la muy reconocida y adorada Virgen de Caipe.

Se trata de una de las tradiciones más longevas de nuestro país. La Virgen de Caipe, cumple el 2 de julio, nada más y nada menos que 403 años de presencia guiadora en ese acogedor paraje de nuestra región. Presencia que a lo largo de los años se ha extendido fuera de los confines de Lambrama, disputando popularidad y primacía con la Virgen de Cocharcas y el Señor de Illanya, ambas en Apurímac; y con el Señor de Huanca, en Cusco.

Gracias al testimonio de los hermanos César y Manuel Navío Sánchez, hijos de Caipe y fervientes devotos de la Virgen, de la Mamacha de Caipe, haremos un apretado recorrido por las intimidades de una fiesta que este año no será.


La fiesta en honor a la Virgen es la jornada anual más esperada por los caipeños, los lambraminos y por pobladores de otros lares, que casi en penitencia llegan a este lugar, año a año, para pedir y agradecer atenciones y milagros.

Normalmente se convocan tres Altareros o Mayordomos, que en fraternal competencia, rendirán honores a la Virgen, demostrando capacidades en convocatoria, respeto, acogida; todo con el soporte económico que deberá ser sustancioso. Para que eso sea posible, trabajan durante todo el año. El reto es demostrar que uno es el mejor.

En los días previos los Mayordomos, que deben ser hombres de palabra, porque el compromiso no tiene treguas, harán el traslado de la leña con apoyo comunal, para avivar las llamas de las calderas que servirán para preparar alimentos para todos los visitantes, durante toda la semana que dura la algarabía. Cuatro o cinco toros, una centena de ovejas y cuyes a granel, pasarán por los cuchillos y las brasas.

La llegada de los músicos contratados en Ayacucho, Huancavelica, o Aymaraes, es todo un espectáculo que da inicio a una efervescencia popular sin igual. El arpa y el violín, que hacen coro inconfundible con los danzantes de tijeras, son recibidos como si fueran mundialistas de fútbol. Ya no pararán de tocar.

Ruedan los keros de chicha, los platos de comida pasan de mano en mano. La plaza del pueblo es una fiesta de color y calor. Viejos, jóvenes, niños, todos son iguales. La iglesia abre sus puertas. Las rodillas chocan el piso, en respeto compungido. El capataz, responsable que todo vaya bien, empieza su labor.

Los grupos de arpistas, violinistas y danzantes, uno o dos por cada Mayordomo, disputan los aplausos. Se esfuerzan por mostrar lo mejor de su repertorio, animados por chicha y cañazo, que recorre a raudales entre las gentes. Los aplausos llueven.

Los Altares traídos desde Cusco, que son una alegoría de iluminación, a los colores que expresan alegría, paz por la Virgen, por los Santos, son instalados en la plaza, frente a frente, mostrando cada uno sus mejores galas con espejos, cintas, imágenes y ornamentas que atraen miradas de propios y extraños.

La madrugada del día previo a la jornada central, sorprende a músicos y visitantes con un suculento caldo de res, sazonado con papas nativas y asnapas de yerbas locales. El asado HuactaKanka, dispara sus olores, ganando en competencia a las velas que por decenas adornan los Altares. La fiesta es también de buena y abundante comida, de cañazo curado con yerbas de la puna. Todo está dispuesto. A nadie debe faltarle un plato de comida o un vaso de chicha.

A medio kilómetro de la plaza, un pequeño manantial de aguas tibias, se llena de bote a bote, por feligreses, turistas y curiosos. Todos quieren bañarse en el Niñopuquio, que según los locales, lleva los orines del Niño Jesús. Tanto es así que pasan botellones de plástico, para buscar unción sacerdotal y convertirse en agua bendita, milagrosa, casamentera y procreadora.

Los Mayordomos, encinchados con vistosas bandas de brillo escandaloso, visitan a las autoridades, a sus antecesores, a quienes lo apoyaron en el esfuerzo, para agradecerles en olor a música y chicha, su amistad, su cariño.

La plaza es una fiesta sin tregua. Los danzantes disputan sus acrobacias en medio de la muchedumbre que se regocija sin parar. El pueblo pequeño tiene un corazón grande, gracias a la Virgen, que recibe miles de visitantes, a quienes hay que atenderlos de lo mejor.

En el día central, la Virgen recibe desde su pulcra ubicación en el altar de la iglesia, a sus devotos, a los feligreses, a los turistas, en una Misa oficiada por un párroco llegado desde Abancay.

El casamiento de alguno de los Mayordomos, es acompañado por el de otras parejas que llegan de otros pueblos, o regiones cercanas, precisamente para esa ceremonia, en la seguridad que su matrimonio, ante la Virgen de Caipe, tiene la garantía que será para siempre, hasta que la muerte los separe.

Vuelan de mano en mano dulces, caramelos, naranjas, maicillos para los menores, que son muchos; mientras la chicha, el cañazo y la cerveza, en cantidades industriales, busca calmar la sed de los mayores, que también son muchos. Fiesta democrática. Hay de todo, para todos.

El almuerzo o convite oficial dispuesto para todos los asistentes, no tiene contemplaciones. Las pailas se prodigan en suministrar porciones inagotables de cuyes, tallarines, chicharrones, kankachos, cremas de tarwi. Nadie debe quedarse sin almorzar.

Parte de las celebraciones que atrae la mirada curiosa de los asistentes es la presencia jocosa del Pistako y su Huaylaka. La parodia de un exterminador que busca la grasa de los niños y de una mujer salerosa, fácil y coquetona, es seguida con vivas y risas que repican en los cerros aledaños al pueblo.

Una huahuatanta gigante, con máscara de mujer sonriente y trenza larga, recorre la plaza de canto a canto, buscando padrinos y madrinas que se prodiguen en apoyar a una colecta para los recién casados.

Entre danzas, convites, y la obligada procesión de la Virgen, la fiesta avanza hacia su final. Las noches son de fiesta. Ay de aquel incauto que se quede dormido en algún lugar visible. Será víctima del wichi, o de la quema del cabello con las velas o sirios que rodean los Altares.

Tras la efervescencia de la fiesta y del compromiso de algún atrevido caipeño, por ofrecer su Mayordomía para el siguiente año, los visitantes agotados pero satisfechos, proceden del retorno a casa. Algunos de ellos que hicieron amistad con los lugareños, se llevarán porciones de carne para el camino.

Los danzantes y músicos, recibirán las cabezas de las reses beneficiadas, para preparar los famosos cados de cabeza que compartirán en reciprocidad con los Mayordomos, antes de cerrar tratos y recibir la paga.

Desarmar los Altares es una tarea también de recogimiento. Hay mística y compromiso. Algunos llantos de alegría o tristeza. El cacharpari, con música sin parar hasta las afueras del pueblo, cierra una de las fiestas más coloridas, acogedoras y veneradas de Lambrama; la fiesta de la Virgen de Caipe, que ojalá la gocemos el próximo año.


lunes, 29 de junio de 2020

REACTIVA PERÚ EN APURÍMAC, CON S/79 MILLONES

Reactiva Perú en Apurímac, con S/79 millones

Escribe, Efraín Gómez Pereira

Para afrontar la crisis ocasionada por la emergencia a causa del COVID-19, el gobierno ha dispuesto una serie de medidas, que no han cuajado en la población.

La cuarentena y el toque de queda, sirvieron para revelar nuestras taras y debilidades. El gobierno, a través de sus diversas instancias emplazadas a atender el tema, ha fracasado en razón de los lamentables resultados.

Para los más vulnerables, bonos y canastas, que no llegaron a todos. Para las empresas grandes, medianas, pequeñas y micro a fin de asegurar la continuidad en la cadena de pagos y puedan cumplir con obligaciones con sus trabajadores y proveedores, salió el programa Reactiva Perú, con S/60,000 millones, para ser entregados por el sistema financiero, como créditos baratos, con garantía estatal.

Y sucedió lo que se temía. Festival de créditos otorgados a grandes y medianas empresas que no lo necesitan, a estudios y grupos económicos investigados por lavado de activos y corrupción, a los medios de comunicación amigos del gobierno. Claro, también hay empresas que con estos créditos levantarán cabeza y salvarán de la quiebra. Ojalá.

Hasta mayo, Reactiva Perú entregó 71,555 créditos a personas naturales y jurídicas de todo el país a través de los principales bancos y cajas municipales. El desembolso fue de S/24 mil millones. El programa cubre las garantías desde 80 a 98% del crédito, con un tope de S/10 millones.

Lima concentra 35,451 créditos, por S/17 mil millones; Arequipa y La Libertad S/1 mil millones; Callao S/933 millones, Lambayeque S/494 millones; Cusco S/407 millones. También Pasco S/45 millones, Huancavelica S/13 millones.

En la región Apurímac

Un total de 746 préstamos, por un acumulado de S/79 millones, es lo conseguido por personas naturales y jurídicas de la región Apurímac, a través de créditos otorgados por diferentes entidades financieras en el marco de la aplicación del programa Reactiva Perú.

El sector Comercio, con 341 créditos, ha canalizado un total de S/40 millones, seguido por el rubro Transporte y Almacenamiento con 114 créditos por S/12 millones. El sector Inmobiliaria tiene 74 créditos por S/9 millones, en tanto que Industria Manufacturera con 45 créditos alcanza S/ 6 millones, seguido de Otros Servicios con 72 créditos por S/ 5 millones; Construcción con 31 créditos por S/ 4 millones; Hotelería con 46 créditos por S/1,8 millones; Agricultura con 12 créditos por S/524 mil, Servicios Sociales y Salud con 5 créditos y S/308 mil, y Enseñanza con 5 créditos y S/127 mil.

En el grupo que obtuvo préstamos de 1 a 7 millones de soles, destaca en el rubro Comercio, la empresa Inversiones Distribuciones e Industrias Azurín, con S/ 7 millones;  Dipsa, S/ 4 millones; Distribuidora Salazar S/1.5 millones; Gloser, S/1.2 millones; Estación de Servicios Grifo Abancay S/ 1 millón.

En el sector Inmobiliarias, El Horizonte S/2.4 millones; Villa S/1.6 millones; Nutrientes de Exportación Perú S/1.4 millones. En Industria Manufacturera, la empresa Transportes Wari S/1.9 millones. Mientras que en Transportes, Corporación Chumbao con S/1.4 millones; Expreso Los Chankas S/1 millón; y en Construcción, Company Huamani & Vargas Perú, S/1.1 millones. Para el sector Agricultura se otorgaron 12 créditos por S/ 524 mil.

Los créditos menores, por montos inferiores a S/4000 corresponden a Mónica Espinoza Huamán, Celia Anccalle de Puma, Martín Felices Canchari, Alicia Hurtado Balderrama, Mario Enciso Flores, Rayda Maucaylle Aroni, Pedro Ochoa Márquez, Josefina Cahuana Gómez, Clotilde Zúñiga Infanzón, Richard Merino Romero.

La distribución de créditos por entidad financiera corresponde al BCP, 294 créditos por un monto de S/40 millones, seguido de la CMC Cusco, con 328 créditos, por S/17 millones; BBVA con 79 créditos, por S/14 millones;  Scotiabank, con 1 créditos, por S/2.5 millones; Interbank, con 5 créditos, por S/2.4 millones; Mibanco, con 13 créditos, por S/926 mil y CMC Piura, con 14 créditos, por S/487 mil.

Con S/79 millones, entregados a un plazo de 36 meses, más un periodo de gracia de 12 meses, y siendo un monto importante para la región, esperamos que el aparato productivo privado recupere su estabilidad y siga trabajando por el bien de los apurimeños y por el desarrollo de Apurímac.


REACTIVA PERÚ CON “GRANDES” PREFERENCIAS

REACTIVA PERÚ CON “GRANDES” PREFERENCIAS

Escribe, Efraín Gómez Pereira

La tremenda crisis ocasionada por la emergencia a causa del COVID-19, ha revelado una serie de debilidades en el país. El gobierno, a través de sus diversas instancias emplazadas a atender el tema, ha fracasado en razón de los lamentables resultados.

Miles de contagiados, miles de muertos, sistema de salud colapsado y en crisis permanente. Las compras de insumos urgentes, a destiempo o mal hechas destaparon una pandemia enquistada en la burocracia nacional, en la dirigencia política: la corrupción. Perú entre los países con mayores niveles de contagiados y la ola sigue creciendo, a contracorriente de las inexistentes “mesetas” oficialistas.

La improvisación gana hasta el momento. Un gobierno que no supo priorizar la salud sobre la economía, o la economía sobre la salud. Ese debate estuvo ausente en las decisiones. Encerrar a millones de peruanos, sin capacidad de agenciarse el día a día, tratando a todos como iguales, generó un “golpe de estado” del pueblo, que ante la necesidad de priorizar entre el hambre y el encierro, se zurró en las medidas de emergencia y ganó las calles, en busca del pan. Adiós protocolos, chau precaución. Descontrol a todo nivel.

Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), solo en Lima Metropolitana, entre marzo y mayo, meses de cuarentena, se perdieron 2.3 millones de empleos, poco menos del 50% de los empleos formales registrados. La correlación a nivel nacional, debe ir por ese margen, al que se suma el drama del 70% de peruanos que generan sus ingresos bajo la informalidad.

Ante esta situación, el gobierno intentó algunas acciones, como las canastas y bonos, para paliar el hambre. No tuvieron efecto, no llegaron a todos y se convirtieron en combustible para la corrupción ya destapada por la Contraloría General de la República.

Para “asegurar la continuidad en la cadena de pagos, otorgando garantías a las micro, pequeñas, medianas y grandes empresas a fin de que puedan acceder a créditos de capital de trabajo, y puedan cumplir de esta manera con sus obligaciones de corto plazo con sus trabajadores y proveedores de bienes y servicios”, creó el programa Reactiva Perú.

“Es un programa sin precedentes en nuestro país, que tiene como objetivo dar una respuesta rápida y efectiva a las necesidades de liquidez que enfrentan las empresas ante el impacto del COVID-19”, dijo el gobierno al destinar S/ 60,000 millones en garantías, para que sea administrado por el sistema financiero.


Hasta mayo, Reactiva Perú entregó 71,555 créditos a personas naturales y jurídicas de todo el país a través de los principales bancos y cajas municipales. El desembolso fue de S/24 mil millones. El programa cubre las garantías desde 80 a 98% del crédito, con un tope de S/10 millones.

Lima concentra 35,451 créditos, por S/17 mil millones; Arequipa y La Libertad S/1 mil millones; Callao S/933 millones, Lambayeque S/494 millones; Cusco S/407 millones. También Pasco S/45 millones, Huancavelica S/13 millones.

El rubro que acapara la mayor cantidad de créditos y montos, es el de Comercio con 30,212 préstamos que suman S/9 mil millones; Industria Manufacturera 8999 créditos por S/4 mil millones; Inmobiliaria con 8492 créditos por S/3 mil millones. También hay dos créditos de S/500, 15 de S/1000 y 8320 hasta de S/ 10 mil.

Créditos tope

Al amparo de la flexibilidad y poco control del Ministerio de Encomia y Finanzas (MEF), los bancos entregaron 532 créditos de S/ 10 millones, a empresas grandes entre clínicas, exportadoras, medios de comunicación, construcción, comercio, industria manufacturera, minería, universidades. Muchas de estas grandes, se olvidaron de los compromisos y despidieron en masa, sin piedad o en el modo “suspensión perfecta de labores”, a sus trabajadores.

De este grupo de los S/10 millones, 423 créditos fueron entregados en Lima, 26 en Callao, 23 en La Libertad, 17 en Arequipa, 13 en Piura, 8 en Ica, 5 en Lambayeque; 2 en Cajamarca, Cusco, San Martín, Tacna y Ucayali; 1 en Puno y Junín.

Esta deficiencia lindante al escándalo fue destapado por los medios. El portal Ojo Público, reveló una a una, con nombre propio, a estas empresas, lo que obligó al MEF a intentar mecanismos de flexibilización para que los beneficios alcancen a micro y pequeñas empresas, que son las que más padecen en esta emergencia.

Solo por citar, el Grupo El Comercio, a través de sus diferentes empresas recibió S/38 millones. Aun así, este diario despidió a un centenar de trabajadores. 

El Grupo San Pablo, que cuenta con una cadena de 11 clínicas, el Instituto de Educación San Pablo y cinco hoteles marca Aranwa, recibió S/ 59.9 millones de Reactiva Perú, según da cuenta el portal Gato Encerrado.

Empresas, grupos o estudios investigados por lavado de activos y corrupción, también recibieron de esta piñata llamada Reactiva Perú.

¿Y en el sector agrario?

En el rubro Agricultura, Ganadería, Caza y Silvicultura, Reactiva Perú entregó S/ 1,215 millones destinados a 1431 personas naturales o jurídicas. Hay créditos desde un solitario y angustioso de S/1,083 en Lambayeque, hasta un buen grupo de S/10 millones, en diferentes regiones.

Son 32 empresas agroexportadoras que accedieron a préstamos de S/10 millones. Estas son Agrícola Pampa Baja, Cenfrocafe, Agrícola Don Ricardo, Agropecuaria Río Bravo Hermanos, Complejo Agroindustrial Beta, Agroaurora, Avícola Yugoslavia, Chimú Agropecuaria, El Rocío, Hortifrut  Perú, Hortifrut-Tal.

Molino La Perla, Plantaciones Del Sol, Agrícola Andrea, Agrícola Santa Azul, Agro Inversiones Los Abedules, Agrovisión Perú, Ed&F Man Volcafe Perú, Ghcorp, Granja Rinconada del Sur, Grupo Santa Elena, La Calera, Redondos, San Fernando, San Miguel Fruits Perú, Sociedad Agrícola Saturno, Técnica Avícola, Don Pollo Loreto, Ecosac Agrícola, El Pedregal, Sociedad Agrícola Rapel.

Según el portal Gato Encerrado, hay empresas que le sacaron la vuelta a este rubro, como las agroexportadoras Perales Huancaruna o Danper Trujillo, que figuran en el grupo de Industrias Manufactureras.

En Lima se entregaron 14 créditos de S /10 millones, La Libertad 7; Piura, Ica 3; Cajamarca 2; Arequipa, Lambayeque, Loreto y San Martín 1. El BCP entregó 16 créditos, Interbank 7, Interamericano 3, Scotiabank 3, BBVA 2, Pichincha 1.

Es de esperar que el MEF y la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) pongan los candados necesarios para que estos créditos, sobre todo de los grandes, sean devueltos en los plazos establecidos; aunque el natural temor a la “criollada” de nuestra clase empresarial, nos hace pensar que estos serán cubiertos por las garantías del Estado; es decir, con la plata de todos los peruanos. Así no juega Perú.

lunes, 15 de junio de 2020

SOLIDARIDAD LAMBRAMINA EN LA EMERGENCIA

SOLIDARIDAD LAMBRAMINA EN LA  EMERGENCIA 

Efraín Gómez Pereira

En menos de 15 días, una familia lambramina, que vive en Lima, se desmiembra en dolor y tragedia. El coronavirus, tocó sus puertas y abrió heridas profundas. Primero fue uno de los hermanos. Luego el otro, seguido por su esposa. Un hijo, atraviesa no solo la pena de la irremediable soledad y la angustia de no poder enterrar a sus padres, sino también se esfuerza para no caer. Está en severo tratamiento, lucha contra el letal virus.

Los Lambraminos en Lima, siempre unidos, apegados a las costumbres de sus raíces, descendientes del campo, lloran en esta cuarentena, la partida de cinco de los suyos.
Otra familia de cinco integrantes viene superando de manera satisfactoria la no deseada presencia del mal. Cuatro de ellos ya están fuera de peligro. Hay más casos registrados en la colonia lambramina en Lima, distrito de la provincia de Abancay, en Apurímac, que también sufre el dolor de los suyos. 

A través de su organización social que los representa en la ciudad capital, están sumando fuerzas, voluntades y oraciones para que los paisanos registrados como positivos a las pruebas, superen el duro momento y para que las más de 500 familias asentadas en toda Lima, en distritos populosos y periféricos, no sean parte de las estadísticas. 

Hay una comisión de voluntarios centralizando los datos, las comunicaciones, los pedidos de ayuda profesional, de ayuda humanitaria. Sus integrantes, voluntarios y comprometidos, se reúnen una vez a la semana en sesiones virtuales, para afinar estrategias, priorizar atenciones y estirar lo poco de aportes que han conseguido para seguir llenando más canastas, y ganar algunas sonrisas. 

Hay un grupo de médicos y enfermeras que han formado un Comité Médico, con la finalidad de atender, de manera remota, los casos registrados y derivados por la Comisión Central y, de ser posible, gestionar su ingreso en un Centro de Salud, si la situación lo exige. Se trata de profesionales de la salud lambraminos o hijos de lambraminos que estiran sus tiempos a sus labores habituales en diferentes Centros de Salud de Lima.

La tecnología bien aprovechada permite que tanto la Comisión como los médicos, estén permanentemente informados de los casos, los avances y de las necesidades más apremiantes.

En ese sentido, de manera progresiva van identificando a las familias vulnerables, que a causa de la extendida cuarentena atraviesan dificultades que nos les permite ganarse el día a día. Son, además, de los miles de peruanos que no han podido acceder ni a los bonos ni a las canastas dispuestas por el gobierno. Son invisibles a la insensibilidad de las autoridades. Han perdido las esperanzas de llegar a por los menos un bono.

A estas familias les entregan canastas de víveres básicos de arroz, azúcar, fideos, aceite, menestras y conservas, en sus propios domicilios, acatando los protocolos de protección necesarios. Se ha registrado una mayoritaria presencia de lambraminos en San Juan de Lurigancho, Villa María del Triunfo, Villa El Salvador y Comas.

El apoyo, en la medida que los recursos captados en una cuenta bancaria lo permita, se extenderá a las 19 comunidades del distrito, hasta donde como sucede con los centros poblados rurales, no llegan los apoyos gubernamentales, sino algunos y de manera esporádica. 

Para el efecto, coordinan con el alcalde del distrito, el subprefecto, los presidentes comunales y dirigentes vecinales, para sumar fuerzas y ganarle al tiempo.

La solidaridad lambramina, manifestada a inicios de la cuarentena cuando las familias enviaron encomiendas de alimentos recién cosechados a Lima, se repite hoy. Hay registro de depósitos bancarios desde 20 soles, seguramente de algunos paisanos sensibilizados que para colocar ese aporte han dejado de comer un día. Así son los lambraminos. 

La Comisión espera que los profesionales, empresarios y paisanos con posibilidades de aportar, que son muchos y son conocidos, puedan sumarse a este esfuerzo de solidaridad, que lleva como lema “Fuerza lambraminos, unidos siempre”. La cuenta bancaria es BCP 191-98957412-0-79.

"LIZAS PAPA" DE CCAHUAPATA, EN LAMBRAMA

“LIZAS PAPA”, DE CCAHUAPATA, EN LAMBRAMA

Efraín Gómez Pereira

Hace más de dos décadas, entrevisté al científico cusqueño, agrónomo Carlos Ochoa Nieves (1920-2008), sobre las variedades de papa existentes en nuestro país. Ante la consulta sobre el valle o pueblo que lo había impresionado en sus investigaciones, por albergar especies nativas desconocidas o no registradas hasta ese momento, mencionó la variedad “lizas papa”, que había encontrado en un paraje apartado del distrito de Lambrama, en Abancay, Apurímac.

Se refería a la zona de Ccahuapata, frente a Ccaraccara, en donde había pasado días enteros buscando novedades que pudieran servir para lograr variedades de papa resistentes a las plagas o clima.


                Predio Ccahuapata, en Lambrama.

Mi sorpresa emocionada fue evidente, pues regresé a mi infancia en Lambrama, y precisamente en el predio de Ccahuapata, donde pasábamos en familia, las vacaciones de verano, tomando leche fresca y comiendo ccolla papa con queso.

Me acordé del “lizas papa”, un tubérculo sumamente amargo parecido al olluco y a la vez a la papa, y que no era para consumir y crecía como yerba silvestre.

Con mis hermanos la recogíamos entre las pircas y pedrales del fundo, hoy abandonado, para jugar al comerciante de papas, sin sospechar que se convertiría en un gran hallazgo del desaparecido Carlos Ochoa, que era conocido como el “Indiana Jones de la papa”.

Según Wikipedia, Carlos Ochoa, realizó investigaciones genéticas logrando las variedades mejoradas de papa Renacimiento, Mantaro, Antarqui, Tomasa Condemayta, Yungay y otras, que han aumentado la producción de papa en el Perú.

Participó en la clasificación de más de 12 mil muestras de papas nativas cultivadas, agrupándolas en 11 especies en 3600 morfotipos diferentes. Asimismo, recolectó y clasificó cerca de 1700 colecciones de papas silvestres, agrupándolas en 140 especies”.

Es seguro que la “lizas papa” de Cchahuapata, forma parte de ese vasto legado que dejó al Perú y al mundo, este renombrado científico cusqueño.

 


miércoles, 3 de junio de 2020

Efectos de la cuarentena en Apurímac

Efectos de la cuarentena en Apurímac

Toneladas de alimentos sin mercado por falta de transporte

Escribe, Efraín Gómez Pereira

Es apremiante ser insistentes y reiterativos para reclamar atención y apoyo a la agricultura familiar que, en plena ebullición de la pandemia, cumple un papel gravitante en la vida de los peruanos. A pesar del institucionalizado olvido estatal y padecer directamente de la inexistencia de una política nacional que los reconozca en su real dimensión, sigue produciendo gran parte de los alimentos que consumimos día a día.

Se ha planteado desde distintas instancias la aplicación de medidas de emergencia que les permita afrontar las cosechas actuales, como un bono productivo, facilidades y garantías para el tránsito hacia sus parcelas, cosechas y mercados.

El gobierno respondió, pero no a la altura de la real necesidad. Los bonos rurales, los bonos universales, los S/150 millones para núcleos ejecutores, la refinanciación de créditos, los mercados itinerantes, resultan la suma de paliativos que no llegan a todos quienes realmente lo necesitan.


Los pequeños productores, que viven o sobreviven en las áreas rurales ya perdieron la esperanza de acceder siquiera a uno de estos bonos. Ni qué decir del millonario y bien publicitado programa ‘Reactiva Perú’, con un fondo de S/ 60 mil millones, de cuyos afortunados beneficiarios nos enteramos a través de los medios y las redes.

Las cosechas se están perdiendo. No hay transporte, no hay compradores, no hay mercados. Con ese drama, los pequeños productores, que en zonas rurales viven casi exclusivamente de la agricultura, ya miran la próxima campaña de siembras -la campaña chica y la campaña grande- sin recursos, sin capital. Es más, con deudas y responsabilidades pendientes.

Las necesarias medidas de rigor dispuestas por el gobierno, en el marco de la cuarentena no solo han cerrado las puertas de las viviendas en el aislamiento social obligatorio, sino las de acceso a los centros de producción y todos los mecanismos que esta conlleva. Sin transporte, sin compradores, sin mercado las cosechas acopiadas corren riesgo de perderse irremediablemente. La reactivación productiva no se siente en este sector.

La evidencia de este drama social y económico, que es común en gran parte del país, la ha graficado, con dolor e impotencia, el gobernador regional de Apurímac, Baltazar Lantarón. En esta región el 80% de la población económicamente activa se dedica a la agricultura.

La autoridad regional ha revelado que en Apurímac hay acumuladas 25 mil toneladas de papa, 10 mil de quinua y 3,5 mil de paltas; que no pueden llegar a sus mercados de costumbre a causa  la emergencia y las restricciones vigentes.

En respuesta a la desesperación de los productores, que superan las 120 mil familias, el gobernador regional ha pedido, todavía el 14 de mayo, la intervención del ministerio de Agricultura y Riego - Minagri, para que facilite la compra de los productos acopiados y los incluya en las canastas sociales de apoyo. Nula respuesta. Los mercados itinerantes implementados para que el productor se acerque al consumidor, son medios que no cubren las expectativas.

En ese sentido, ha insistido para que el gobierno implemente un bono para la compra de los productos cosechados que están en riesgo de perderse. “Basta de comprar arroz y otros productos importados”, dijo y ofertó la tonelada de papa a S/780; es decir 0.78 el kilo, que les permita recuperar, por lo menos, los costos de producción. Todavía no hay respuesta.

En Andahuaylas, cuya papa llega principalmente a los mercados de Marcona, Nazca, Ica y Lima hay comerciantes que, aprovechando la ausencia de transporte y de compradores mayoristas, ofrecen pagar S/ 0.30 por el kilo de papa blanca; mientras por el kilo de papa color S/0.50, precios que no cubren en lo mínimo los costos de producción.

Lo mismo sucede con las paltas, que sin la presencia de los habituales compradores para la exportación, corren el riesgo de madurarse en los centros de acopio y malograrse. La quinua, todavía puede ser almacenada.