martes, 28 de diciembre de 2021

Lugares de "espanto" en Lambrama

Lugares de “espanto” en Lambrama
Escribe, Efraín Gómez Pereira

Heccerpaiso, es un riachuelo que cruza el camino de herradura desde Lambrama hacia Yucubamba, Ccaraccara y otros parajes de la zona norte del pueblo, que prodigan a las familias lambraminas de cosechas de tubérculos, leños y truchas durante todo el año. Es un paso inevitable que se debe sortear para cumplir con las jornadas productivas fuera de la localidad. 

Es un lugar de espanto y creencias con presencias malignas, que antiguamente contaban los viejos, advirtiendo a sus huestes de los peligros que se presentaban si alguien se atrevía a pasar por el lugar en horas vespertinas, ya raspando la noche. 

Justamente en el cruce del camino, había una seguidilla de piedras planas colocadas como ruta segura que permitía evitar el chapuzón en sus aguas cristalinas y permanentes. Una de las piedras, mostraba la silueta de un gallo de color rojizo, que simulaba una pintura rupestre. Era una imagen que, de solo mirarla, provocaba un temblor en el cuerpo, relacionándola de inmediato con las advertencias de casa.

Era un grave riesgo aventurarse por la zona después de las cinco de la tarde, o después que los ccesccentos o cigarras, salían a invadir el valle con su música monótona y relojera. Era la hora de recoger los animales de los pastizales, para llevarlos a buen recaudo en los corrales de las casas o las cabañas. Era la hora de salida de la escuela fiscal. La hora puntual brindada por la naturaleza. 

El riesgo advertido, era que el puquial de Heccerpaiso, con su gallito en la piedra y su bosquecillo de pepermes siempre aromáticos, verdes y de tallos morados, o con su tierra movediza, te podría tragar o convertirte en piedra, en castigo por la osadía de haber pasado por el lugar en horas inoportunas.

No hay evidencias de que algún lambramino haya sido convertido en piedra, o que el puquial y su caída trepidante sobre el río se haya tragado a algún incauto o desprevenido andante; pero ese temor arrastrado de antaño, sigue latente entre las actuales generaciones, que según se afirma, evitan el paso en horas prohibidas o si lo hacen, se cubren de padrenuestros y avemarías como pecadores en penitencia.

Bajando del pueblo por vía de herradura, a pocos minutos de Llactapata -el ingreso o salida del poblado-, por las cuestas de Accomocco y frente a la prodigiosa Huaranpata, zona maicera por excelencia, se levanta Jukuiri, un enigmático y pétreo lugar, igualmente de espanto y leyendas terroríficas.

Es un capricho de la naturaleza, constituido por un inmenso roquedal que baja desde Cuncahuacho, ya mirando a la comunidad campesina de Atancama, hacia la carretera que se dirige de Lambrama hacia Abancay.
Una cueva natural, se decía guarida de pistacos, le daba una característica de imponente visión de terror sobre la que se contaban historias de tragedias, sobre todo para los niños o los incautos que creían en los cuentos de terror.
Huayracpunku, lugar de historias de terror.

Ahí, en ese lugar de espanto, de niño pastaba los toros que don Laureano, mi padre, traería a los camales de Lima. Con Lino, Remigio el “Cholocha”, Ángel el “Acchiruntu”, Juvenal y otros niños de la época, hacíamos de vaqueros atrevidos con lazos y huaracas, custodiando misitus, allccas, yanas y barrojos que esperaban la llegada del camión de carga para ser trasladados, cual pasajeros privilegiados, hacia la Lima del sueño de los maktillos, sin saber que pasarían por las guillotinas, para convertirse en filetes y lomos que sazonarían mesas capitalinas.

Jukuiri, relacionado con los pistacos, esos personajes míticos que se alimentaban de grasa humana, sobre todo de niños, hoy, atiborrado de eucaliptos de algún programa local de forestación, era, a pesar del temor natural, un lugar de travesuras, de escapadas juveniles, de aventuras amatorias. También escenario de huaqueos, en la búsqueda de riqueza fácil de algún “tapado” al que ningún mortal tuvo acceso franqueado. 

Más abajo, en el valle caluroso y casi pegado a la comunidad de Suncho (carasakusunchu), está Huayracpunku, quizás el lugar de temor y terror más emblemático de Lambrama. Es, hasta hoy, el paraje que asusta a los transeúntes, pasajeros y conductores de todo tipo de vehículos que cruzan por su apretada trocha pegada al cerro y casi ahorcada por el río.

La carretera se aprieta en un nudo de algunos metros, que gracias a la ingeniería de antaño, horadó la roca viva para generar un pase vehicular que no tiene alternativa. Hay historias y leyendas de miedo y susto, también ligados a los legendarios pistacos, a los umacos (personajes ficticios recién fallecidos que caminaban sin cabeza), a los condenados o demonios que resoplando fuego por las narices, custodiaban las entrañas de ese camino. 

Hoy, Huayracpunku es lugar de parada obligada para las fotos de recuerdo. Hay y habrá historias de miedo y temor, creados por los propios para asustar a los suyos. Cultura popular, se llama.

jueves, 25 de noviembre de 2021

EMOCIÓN POR LIBROS EN LAMBRAMA Y ABANCAY

Emoción por libros en Lambrama y Abancay
Escribe, Efraín Gómez Pereira

Fueron días inolvidables. Privilegiar al pueblo donde nací para presentar, en su aniversario, un libro escrito sobre su historia, costumbres, personajes, tradiciones, festividades y anécdotas vividas en sus calles y parajes, tuvo respuesta impresionante.

“Lambrama, miradas de nostalgia”, un trabajo editorial que pasea por hechos y realidades del distrito de Lambrama, sorprendió gratamente a los lambraminos que se dieron cita en la plaza de Armas, para participar en los actos centrales por el 182 aniversario de su creación.
Con el fondo de la escalera de Chucchumpi 

Mis hijos, Efraín y José David, que viajaron de Lima por este motivo; mis hermanos en Abancay, Genaro, Gladys, Martha, Ebilton y Dino; sobrinos y primos, compartieron conmigo la emoción de los aplausos y los elogios regalados generosamente por mis paisanos, que soportaron con gallardía serrana, el sol lambramino por varias horas.

El municipio distrital, encabezado por el alcalde Hilario Saldívar, ausente en las celebraciones por temas de salud, me declaró, quizás inmerecidamente, Hijo Predilecto de mi pueblo. Razón adicional para seguir queriéndolo.
Declarado Hijo Predilecto de Lambrama. 

En Abancay, la Casa de la Cultura convocó a muchos amigos, quizás no a todos a quienes hubiese querido ver y abrazar. Sorprendente la visita de Hugo Chauca, gran amigo y colega, que viajó de Lima especialmente para esta ocasión; al igual que de Omar, mi sobrino, que se dio un salto desde Puerto Maldonado para llevarse dos libros autografiados.

Estuvieron en la presentación y comentarios, en representación del Gobierno Regional, la directora regional de Educación Lourdes Vigil, y por el Municipio Provincial, la regidora Rufina Sarmiento, además del profesor Hermógenes Rojas y el doctor Ebilton Aponte. Muchas gracias a todos. El municipio de Abancay me honró al entregarme la Medalla de la Ciudad.
Municipio Provincial de Abancay me honró con la Medalla de la Ciudad. 

Cuando presenté el libro “Mavia, mi bálsamo”, quedé realmente impactado por la reacción de algunos de los asistentes, quienes no pudieron evitar las lágrimas al escuchar mis confesiones sobre el acompañamiento que hice a mi señora, en los tres últimos años de su vida, enfrentando con fortaleza el rigor y el dolor que causa el padecimiento de una persona afectada por el cáncer.

Un amigo me confesó que tiene a su esposa ya cuatro años padeciendo el mal, pero que él no le dedica mayor atención, precisamente por la situación física de la señora, con evidencias visibles del mal en el rostro y en el cuerpo. Prometió cambiar de actitud y “asumir la valentía” para enfrentar el caso cara a cara. Nos abrazamos entre lágrimas.
Dos libros entregados en Lambrama y Abancay. 

"Mavia, mi bálsamo”, es un testimonio íntimo de lo que me tocó vivir, luchando contra el cáncer que finalmente se llevó a mi señora. Es un cuadro que describe las penurias y dificultades a las que se debe enfrentar; al mismo tiempo, es una lección de vida, pues nos hace más humanos, más sensibles y solidarios, más creyentes. Su fácil lectura nos identifica inmediatamente con una situación dolorosa y de fortaleza.

Los amigos interesados en adquirir los libros pueden buscarlos en las librerías Crisol, El Virrey de Miraflores; San Cristóbal, del centro de Lima, y Librería Roca (estand 36 de la Feria de Libro del Bicentenario), y en Artífice Comunicadores. En Abancay, está a disposición a través de Dino Pereyra, teléfono 983702108.

Muchas gracias Lambrama, gracias Abancay, gracias Pregón, gracias Artífice Comunicadores por todo y por lo que está por venir.

miércoles, 3 de noviembre de 2021

Si vienes a mi Abancay

Si vienes a mi Abancay
Escribe, Efraín Gómez Pereira

La nostalgia por el desaparecido Pisonay; el Ampay, sus aguas gélidas y sus intimpas; el Mariño y su música perenne; el Quisapata, el Pachachaca, Taraccasa, Aymas y sus encantos naturales.

El pan común, las wawas y taparacos. Los carnavales, las fiestas costumbristas, el mercado de Huanupata, con sus asnapas y sus quesos artesanales; las chicherías y picanterías con sus tallarines nativos; la calle Miscabamba y sus recuerdos. 

Micaela, José María, el “Papi” Villa, nuestras leyendas. Los colegios emblemáticos Miguel Grau y Santa Rosa; Aurora, Vallejo, Mercedes, Bonifaz, la Salle. 
Micaela de Abancay. Nuestra Micaela.

El clima tropical, los amaneceres de tuyas y atardeceres de jesjentos. Las lluvias de temporada que regalan arcoíris como pasacalles que cruzan la ciudad, sus arterias empinadas; su gente alegre y sencilla del “papacito” y “mamacita”, son algunos de los sellos particulares que caracterizan a nuestra hermosa Abancay.

Los abanquinos nos sentimos orgullosos de estas y otras bellezas que están a la vista de todos. Sonrientes y festivos buscamos una buena ubicación para hacer la toma que perennice nuestro paso por la plaza de Armas y su bella catedral, los parques Micaela y Ocampo, el Mirador, San Antonio, Illanya, Saywite.

Son detalles que llevamos con nosotros sin ningún rigor ni esfuerzo. Nuestro cómplice inseparable en estos avatares, es el moderno móvil que desde un pequeño espacio en los bolsillos, nos lleva a través de un audífono, otro sello especial de este valle primaveral: la música abanquina, los huainos inmortalizados en el querer popular.
El Arco, monumento abanquino en el recuerdo

Es imposible, un sacrilegio, estar en Abancay y no gozar de los sones emocionados de los carnavales de este valle, los más alegres del Perú. Sería imperdonable no tararear el himno de los pikis hecho canción popular, a través de “Si Vienes a mi Abancay” o “Así es mi Tierra”, del gran Pepe Garay.

Precisamente sobre esta canción, el periodista Hugo Viladegut, hizo un reciente “jalón de orejas” a las autoridades, a los abanquinos, por no recordar ni celebrar como se debe, los 50 primeros años de esta creación grabada por Pepe Garay, Jorge Vargas y Oscar Pinto.

Hugo recuerda que el disco, “llegado a Abancay, el bazar ‘El Chinito’ y la tienda de discos de Rafael Aguilar Camacho agotaron la provisión de 1000 discos en menos de tres meses”.

Agrega "Si vienes a mi Abancay" quedó grabada en el subconsciente de los abanquinos. En todas partes del mundo los pikis con ojos humedecidos la cantan cuando se reúnen y en Abancay es pieza obligada en el repertorio de todos los grupos y cantantes”. "Si Vienes a mi Abancay", es una realidad cultural. ¿Sentirán ese clamor las autoridades?”, cuestiona Hugo.

Para hacer más festiva esta nota de evocación y homenaje a un pedacito de abanquinidad impregnada en todos los corazones pikis, es bueno conocer que Pepe Garay recuerda que hace cincuenta años, la edad del himno, “desde que nace el día hasta que muere el sol, el espíritu alegre y jovial de su gente lucía siempre con el ánimo altivo y manera de ser risueña y gentil del abanquino, piki travieso, inquieto y bonachón que caracteriza nuestra estirpe”. 

“En ese contexto –dice- me impuse el deseo de resaltar la alegría de su ambiente hospitalario y generoso, el calor del paisaje, y extender al mundo la mano amiga invitando venir al valle de Aucapana y Santiago de los Reyes. A nuestro bello carnaval de colorido vestuario, de singular coreografía y sana picardía, y a los brillantes Negrillos de tradición, había que sumar una canción de ritmo alegre como su gente. Así nació "Así es mi tierra" o "Si vienes a mi Abancay", que resume modestamente el cariño y gratitud que siento por mi amada tierra, Abancay de mis a amores”, rememora Pepe Garay.
Feliz 147 aniversario, Abancay, capital del cielo. Abrazo lambramino.

martes, 24 de agosto de 2021

Alcalde de Lambrama supera el Covid

Alcalde de Lambrama supera el Covid
Escribe, Efraín Gómez Pereira

“Gracias a Dios, que me da una segunda oportunidad”, con estas palabras pronunciadas ante un nutrido y entusiasta grupo de lambraminos que fueron a recibirlo en la explanada del edificio del Seguro Social, en Abancay, el alcalde de Lambrama, Hilario Saldívar Taipe, abandonó el centro de salud, tras superar el Covid 19.

Rodeado de sus familiares y entorno muy cercano, Saldívar Taipe, en silla de ruedas, aún con los lastres del duro tratamiento que tuvo que afrontar por casi tres meses, en la unidad de cuidados intensivos de EsSalud Abancay, agradeció a su familia, amigos, paisanos y compañeros de trabajo, que se dieron cita en un ambiente festivo y alegre.

Huaynos, guitarras, cornetas, tinyas y wakrapukos, recibieron al burgomaestre que permaneció en tratamiento intensivo desde la segunda quincena de junio pasado, afectado por el mal que ha causado mucho dolor en el mundo, en familias peruanas, apurimeñas, abanquinas, lambraminas.

“Agradezco a todo el personal de salud, médicos y enfermeras que dieron su fuerza y trabajo para salvarme la vida, muchas gracias”, refirió con voz aun pausada.

Con evidentes signos de cansancio y agotamiento, que contrastaba con su mirada de expectativa y alegría por estar entre los suyos, Hilario Saldívar tuvo palabras de reconocimiento para sus compañeros de trabajo, en la Municipalidad Distrital de Lambrama, de quienes dijo “han permanecido pendientes durante estos casi tres meses. Muchas gracias por ello”.

“Llegó el día. Nuestro señor alcalde del distrito de Lambrama sale de UCI, victorioso ante el mal”, posteó la Municipalidad Distrital de Lambrama, al promediar la tarde de ayer. La reacción de amigos y paisanos fue de saludo y agradecimiento a Dios por este feliz desenlace.

Cacildo Vilcastro escribió: “Es una gran alegría verlo nuevamente con nosotros, luego de haber luchado contra este virus”. Yesabella Herrera: “Que alegría señor Hilario. Dios es tan grande que le devolvió su salud para seguir adelante”. Nanita Peralta: “Que alegría ver al alcalde de Lambrama tras vencer el Covid 19. Desearle que continúe su recuperación”.

Mel Olinda Urrutia: “Nuestro señor Jesús es más grande que cualquier adversidad. Fuerza señor Hilario y a seguir cuidándose”. Silvia Arias: “Gracias Santísima Virgencita Santa Isabel de Caype, nos alegra, nos llena de emoción ver a nuestro alcalde”. María Virginia Ayma: “Nuestro Señor del Alto te bendiga y sigas trabajando por nuestro pueblo”.

Cleo Cáceres: “Gracias a Dios, hermano Hilario. Dios siga bendiciéndote”. Fernanda Marcani: “Tío un abrazo inmenso a la distancia. Dios te bendiga, mucha fuerza”. Franklin Chiclla: “Muchas bendiciones hermano Hilario, recupérese que nuestro distrito lo necesita”. 

Desde esta tribuna, nuestra alegría por la recuperación de Hilario y nuestros mejores deseos a su señora, Marcelina, sus hijos Kathia, Kevin y Kenda, para que sigan cuidándolo con el mismo esmero. Confiamos que con la oración y fe en nuestro Señor, la recuperación del alcalde será plena, para que siga brindando su fuerza y empeño por el bienestar de Lambrama y los lambraminos.

miércoles, 18 de agosto de 2021

"ERRANTES hasta la muerte"

“ERRANTES hasta la muerte”
Escribe, Efraín Gómez Pereira

Letras sentimentales, lastimeras, fáciles de memorizar, recordar y tararear. En más de 50 años de actividad prolífica, ha logrado lo que muy pocos grupos musicales, sobre todo del huayno andino, han hecho: universalizar el huayno, ponerle terno al huayno, hacer que muchas generaciones de peruanos hayan, hayamos sucumbido, ante sus lamentos y dolores, sus chispas y bromas, cantadas a ritmo de huaynos y yaravíes, al son de una guitarra de sonido muy particular. 

"Amigos desde la infancia, hermanos en la juventud. Errantes hasta la muerte, Antonio, Plinio y Gilberto", dice una de sus canciones más gustadas. Y este párrafo premonitorio cierra, con la reciente muerte de Plinio Mogrovejo, el capítulo final en la historia de uno de los grupos musicales más exitosos y reconocidos en todo del Perú y en otras latitudes: Los Errantes de Chuquibamba.
Monumento en homenaje a Los Errantes, en la plaza de Chuquibamba.

Recuerdo de niño, en casa de Tomacucho, estar pegado a un enorme aparato receptor de color blanco con botones y listones marrones, de marca Nordmende, que hacía brotar las canciones de Los Errantes, desde una trasmisión originada en Radio El Sol, de Lima; o en Radio Tahuantinsuyo, de Cusco.

“Paloma blanca, blanca paloma, por qué pretendes abandonarme”, decían las voces pegajosas de Plinio y Antonio, sacudiendo las emociones de un infante que silbando las tonadas o intentando cantarlas, buscaba río arriba algunas truchas para el desayuno.

Ya en Lima, un jovencito lidiando en la universidad, no podía despegarme del huayno. Una radio casetera Nivico, dormía conmigo, para dejarme escuchar a las cuatro o cinco de la mañana, en horario casi clandestino, programas folclóricos donde Los Errantes, competían por aparecer en las ondas Radio Agricultura, con otros grupos tan igual de exitosos: Los Campesinos, Los Heraldos, Los Puquiales, Trío Ayacucho, Los Chankas, y otros, cuyas canciones nos aferraban al terruño, al cielo azul y verdes praderas de Lambrama, inolvidable. 
Trío exitoso que le puso terno al Huayno 

Tan sentimentales son los temas de este trío Patrimonio de la Nación, que Hernán, un sobrino muy querido, hoy un alto oficial del Ejército, cuando tenía apenas seis años, lloraba sin consuelo escuchando: "Ay patito, patito fiel compañero, sigamos igual camino, aunque perdamos la vida". Increíble.

De hecho, “Patito” debe ser una de las composiciones más populares de los chuquibambinos, en cuya memoria y reconocimiento la plaza de esa ciudad arequipeña, cobija en lugar preferente el monumento con las estatuas de los tres “Errantes hasta la muerte”.

“Una paloma sobre una rama, abre su pico para cantar, la rama tiembla como quien dice: Ay tú no sabes lo que es amar”. “Cae el árbol más frondoso, el edificio más alto, Ay justo cielo”. “Soy uno más en tu vida, un pasajero en tu camino”, letras que evocan sueños y vivencias universales que convertidas y cantadas en huaynos, han quedado como un legado imborrable para quienes queremos y valoramos la música andina.

El exitoso Trío ha recorrido todo el Perú, desde 1962 y ha grabado más de trescientas canciones. Una última presentación del grupo en público, ya incompleto, se produjo en 2010.

“Era la década del 30 cuando Antonio Alarcón, Plinio Mogrovejo y yo, recorríamos los campos y las calles de Chuquibamba sin más preocupaciones que el juego y la palomillada, interrumpidos tan solo por el estricto horario de la Escuela o del Colegio donde aprendíamos las primeras letras, sin haber pasado por nuestra imaginación ni como una fugaz idea que llegaría el día en que nuestras voces, y nuestras guitarras pudieran unirse en una canción y que se escuche a los cuatro vientos y que en alguna forma queden como prueba y constancia de nuestra existencia en este mundo”, recordó alguna vez Gilberto Cueva.
La muerte de Plinio, nos permite evocar, con emocionada gratitud, o con lágrimas incontenidas como confiesa el poeta abanquino Hermógenes Rojas; a los legendarios Antonio Alarcón, fallecido en 1995; a Gilberto Cueva, fallecido en 2010 y al sucesor de Antonio, Jaime Silva, fallecido en 2018.

El mejor homenaje que les podamos hacer es emprender un “viaje imaginario” hasta Chuquibamba, en Condesuyos, Arequipa, como “un pasajero en tu camino”, subiendo por el fecundo valle de Majes, hasta detenernos en la subida de Ongoro, para degustar un chupe de camarones.

Luego de una pausa rociada con pisco de casa, convertido en “tragos amargos”, jugando con un “patito”, o volando por los cielos de Aplao, como una “paloma blanca”, que sobrepasa las nubes y nevados del Coropuna, encomendándonos a la “virgencita de Chapi”, en una “noche mistiana” que nos quebrará “llanto por llanto” por culpa de una “Chuquibambinita”, donde quizás podamos hallar “nuestro destino”. Así sea.

martes, 17 de agosto de 2021

LAMBRAMA: Libros y lectura

Lambrama: Libros y lectura
Escribe, Efraín Gómez Pereira

Residentes Lambraminos en Lima, que implementan iniciativas solidarias orientadas a favorecer a sus paisanos asentados en diferentes confines, consideran que la educación de los menores del Distrito y sus 19 Comunidades es un reto y una obligación que todos deben apoyar.

Imbuidos en ese interés común, buscaron el aporte de amigos benefactores, para ampliar y mejorar las capacidades y condiciones de las Bibliotecas del colegio y escuelas del pueblo. 
Catálogo de los libros enviados a Lambrama y Zoilo Gamarra, presidente de los Residentes Lambraminos en Lima. 

Tras varios meses de coordinaciones y reuniones, han logrado recolectar más de un millar de libros, textos, novelas, volúmenes de derecho, economía, agricultura, historia, salud, geografía y música, que nutrirán, en una primera etapa, los estantes de la Biblioteca del I.E.S. “Guillermo Viladegut Ferrufino”, de Lambrama.

Así mismo han conseguido ejemplares del Plan Lector para Educación Primaria y Secundaria; publicaciones variadas en inglés, al igual que textos para adolescentes y jóvenes, que por su particularidad despertarán con creces el interés de los niños y jóvenes lambraminos. Son publicaciones usadas pero que se encuentran en buen estado de conservación.
IES "Guillermo Viladegut Ferrufino", recibirá primera donación de libros para su biblioteca.

Se trata del cumplimiento de una iniciativa que está ajena a intereses políticos o económicos, pues los propios gestores – Zoilo Gamarra Espinoza y Efraín Gómez Pereira- se encargaron de cubrir los gastos para centralizar los textos, catalogarlos en un folleto y enviarlos a Lambrama, para su entrega al director del colegio, profesor Alipio Chipana Yupanqui.

Son 16 cajas enviadas que serán entregadas en ceremonia pública, este jueves 19, en la explanada del colegio secundario, ante directivos del colegio, docentes, autoridades del pueblo, dirigentes comunales, padres de familia y estudiantes.
        Escuela Primaria de Lambrama.

Queremos destacar el valioso aporte de quienes llamamos “Los Amigos de Lambrama”, señor Carlos Ginocchio Celi, señora Mabela Martínez, los hermanos Efraín y José David Gómez Pineda, la señorita Dora Gómez Lucero, al señor Jesús Gamarra Sánchez,  la señora Irene Gómez y al señor Eugenio Damián Quispe.

Valoramos el interés y preocupación de los lambraminos Zoilo y Efraín, cuya gestión personal y coordinada, ha permitido captar estos importantes aportes.

Tenemos el compromiso de hacer rutina permanente la recolección de libros para Lambrama, para que todos los años, cada 19 de agosto, se instituya el “Día del Libro Lambramino”, con miras a fortalecer y engrandecer las bibliotecas de los Centros Educativos del Distrito, que en la actualidad carecen de este necesario y útil servicio para los niños y jóvenes estudiantes.

Hacemos un llamado a los paisanos de Lambrama que residen en diferentes ciudades del país y del extranjero a sumarse a esta gran cruzada. Todos tenemos libros usados por nuestros hijos que están apilados y llenándose de polvo en algún rincón de nuestras viviendas. Búsquenlos, denle una pasadita de paño y avísennos para coordinar el recojo, cualquier día, durante todo el año.

Leer es un placer. La lectura es conocimiento. El conocimiento es la vía al desarrollo, al progreso. Pongamos un granito de arena para construir el edificio del conocimiento de nuestros niños, adolescentes y jóvenes lambraminos, que son el futuro de nuestro Pueblo.

jueves, 12 de agosto de 2021

UTAWI, restos prehispánicos en Atancama

UTAWI, restos prehispánicos en Atancama
Escribe, Efraín Gómez Pereira

Hace más de siete años, un impetuoso Juan de Dios Lopinta Aguirre, poblador de la comunidad campesina de Atancama, en Lambrama, Abancay, observaba entusiasmado los restos de vajillas, morteros, y vasos cerámicos que de niño había encontrado en las afueras de su natal pueblo, en chullpas o construcciones abandonadas, y que los tenía en una vitrina casi escondidos, a la espera de un remesón cultural.

Residente en la ciudad de Cusco, por cuestiones laborales, se maravillaba sorprendido cada vez que veía en calles y tiendas de la ciudad Imperial, muestras y réplicas de la rica cultura Inca, que se ofrecían como reliquias o baratijas a los turistas.

Soñaba mostrar con orgullo a visitantes nacionales y extranjeros un museo de sitio, con parajes revelados del anonimato, ruinas prehispánicas, restos de artesanía y orfebrería de siglos pasados, osamentas de antiguos lambraminos y atancaminos, descubiertas en prolíficos hallazgos que permanecían escondidos, bajo tierra, compitiendo con cercas y pircas de piedra, en la custodia de maizales de Atancama, un hermoso valle interandino a tres kilómetros de Lambrama.
Vista panorámica de Utawi, en Atancama 

Juan de Dios, imaginaba a Utawi, sitio arqueológico aún no descubierto, ubicado en Atancama, como un centro de visita obligada en un futuro “corredor turístico”, que hermanaba diferentes atractivos que están por descubrirse y que se encuentran en el distrito de Lambrama, incluidas las iglesias coloniales de Lambrama y Caype y el interminable y ancestral Ccapac Ñan.

El sueño de Juan de Dios, compartido con muy pocos paisanos y desechado por el desinterés de las autoridades y dirigentes, recrea una ruta bien estructurada, con acceso carretero, hoteles y comercios, artesanía, hacia las ruinas de Utawi y Pararani Silluyo, en Atancama; de Ccaraccara en Lambrama, donde hay vestigios de cementerios prehispánicos y restos de lavaderos de oro; y de Chacnaya, en la comunidad Pichiuca, un impresionante mirador andino que cubre todo el valle de Lambrama, del que se cree era un puesto de observación de los antiguos pobladores de esa zona, donde hay ruinas y restos de huaqueos.
Juan de Dios Lopinta Aguirre, impulsor de las investigaciones en Utawi. 

Pues bien, el sueño está por convertirse en realidad. Las gestiones realizadas por Juan de Dios y la Asociación Cultural de Residentes Atancaminos en Cusco – ACURAC, han logrado que el ministerio de Cultura, a través de la Dirección de Calificación de Intervenciones Arqueológicas, Resolución Directoral 192-2021, autorice el inicio de los trabajos de investigación del sitio, a fin de determinar su potencial como un atractivo turístico.

El “Proyecto de Investigación Arqueológica con Excavación Sitio Arqueológico Utawi”, comprende la realización de trabajos de prospección arqueológica sin recolección de material superficial y excavaciones arqueológicas, a realizarse Sitio Arqueológico Utawi y zonas adyacentes.

Busca “Definir y aportar conocimientos de lo ocurrido en el sitio arqueológico de Utawi en la época pre inca a través de los trabajos de investigación arqueológica para la protección, preservación y recuperación del sitio arqueológico de Utawi”.

Y como Objetivo general, “Determinar el uso y filiación cultural del sitio arqueológico a partir del análisis estructural, morfológico y funcional de los mismos, definiendo a que época corresponde y la probabilidad de que fue habitado por los Chankas según referencias históricas”
El pago a la Pachamama  en el inicio de los trabajos de investigación. 

La ejecución del proyecto involucra a la Comunidad Campesina de Atancama, a ACURAC y la empresa El Kana Holding INC S.A.C., que ha facilitado los recursos que permiten esta loable iniciativa.

Luego vendrá el trabajo de descubrimiento del enigma y misterio de Utawi, lo que significa buscar restos, ubicar construcciones, cementerios o una ciudadela, como creían haber visto los antiguos pobladores de la zona; con lo que se espera revelar un gran hallazgo cultural, que dinamizará el eje turístico de Atancama, Lambrama, Abancay y de la región.

Los recursos necesarios están supeditados al aporte de contrapartidas locales, tanto del municipio distrital, de la comunidad campesina, como de los residentes. El municipio provincial de Abancay, viendo la envergadura y trascendencia histórica de esta iniciativa, ha ofrecido su apoyo en lograr los recursos a través de un convenio con el Gobierno Regional.

Confiamos que esta iniciativa logre vuelo y aterrice en acciones tangibles, y los apurimeños podamos descubrir y conocer una parte de nuestra riqueza cultural, que por desconocimiento y falta de interés, permanece escondida a los ojos de los propios, y expuesta a los saqueos y huaqueos de inescrupulosos, que son de la misma población.

lunes, 2 de agosto de 2021

La "Faccha" de Ccotomayo, en Lambrama

La “Faccha” de Ccotomayo, en Lambrama
Escribe, Efraín Gómez Pereira

Es un pequeño arroyo que nace en un puquial que brota en el fundo Occopata, de don Laureano Gómez Chuima. Su particularidad es que en sus escasos dos kilómetros de distancia, hasta desembocar y perderse en el río, por el puente Huallpachaca, cruza el pueblo de Lambrama, convirtiéndose en un monumento natural de las querencias lambraminas. 

Se trata de Ccotomayo, que algunas veces nos regalaba el nacimiento de un hermoso arcoíris que se difuminaba en Uriapo, en el manantial de Heccerpaiso o frente al pueblo, en Suruhuaycco.

Debe haber miles de historias ligadas a ese ojo de agua dulce, cristalino, generoso y amigable. Hombres y mujeres, jóvenes y viejos llactamasis, deben evocarlo con nostalgia.
Ccotomayo, arroyo lambramino con miles de historias.

Esta es una nota de remembranza que trata de mirar en retrospectiva un escenario natural que hasta hoy mantiene vigencia, aunque lamentablemente descuidado, abandonado. Su interminable discurrir por Yarccapata, el fundo de don Manuel Milla, las calles Progreso y Alianza, el fundo de Luis Tello y, ahora, por el frontis del Centro de Salud del distrito, es parte de la vivencia de los lugareños que han vestido anécdotas y creado fantasías de huellas profundas.

En la calle Progreso, al costado de la residencia de los Milla, está la caída -Faccha- de agua fresca que, en años pasados, desde una cañería improvisada con una hoja de cabuya o Paccpa, alimentaba del líquido a las familias de Pampacalle y alrededores.

Por allí desfilaron a diario baldes, ollas, lankos, que servían para acopiar agua de vida, en épocas que el agua entubada o agua potable no existían. Allí, en esa caída, abrevaban los caballos de tránsito casi de manera automática. Parte de una fotografía de la historia de Lambrama, que merece perennizarse.

Esa caída o Faccha, sirvió a los niños de la Escuela Fiscal como caño mañanero para su lavado de cara, antes de llegar a las aulas. Que lo diga Zoilo Gamarra, quien corriendo apresurado limpiaba sus lagañas infantiles con las aguas de Ccotomayo.

La pequeña acequia que abraza las calles Alianza y Progreso, sirvió como lugar de divertimento de jóvenes del Siglo pasado, hasta donde cargaban a las pashñas y limacas, en época de carnavales, para embadurnarlas con lodo fresco y desde allí hasta la Faccha, para la mojada final, entre gritos de algarabía de una corte de niños, maktillos, que gozaban con esas travesuras. 

En la esquina de la calle Alianza, estaba la casa de la tía Ruperta “Lopacca”, una mujer carismática que hacía costuras con una máquina Singer empotrada en una mesa. En tardes de alegría, que eran constantes, se sentaba en la puerta de la vivienda y lanzaba estribillos que todo lambramino identificaba. Un sonoro y seco “Huaychaoooo”, el sello de Lopacca, sacudía al pueblo.

Al frente, en una casa de dos pisos y un patio enorme, con patos y gansos, de cara a la calle, estaba la residencia de los oficiales de la Guardia Civil, Leoncio y Germán Cáceres. La señora Adelaida Ballón, su madre, dama compenetrada con los buenos modales hacía notar su presencia, respondiendo con una amplia sonrisa el saludo de los transeúntes.

Por allí, también estaban las residencias de Cirilo Ayala, Julián Medrano, Antero Jiménez, cuyas proles –hombres y mujeres- hacían patotas amistosas de niños alegres, inocentes, despreocupados. Sin duda, otros tiempos.

Destacaba la residencia de don Manuel Milla y la señora Julia Azurín, que ofrecía a los lambraminos el pan nuestro de cada día. La huerta, por donde pasaba Ccotomayo, era un paraíso natural, especial. Brindaba variadas asnapas todo el año. Era la única parcela del pueblo que ostentaba rosas de diversos colores, duraznos, manzanos y capulíes. Tenía un criadero de truchas de ingreso casi inaccesible.

Mis recuerdos se remontan a aventuras infantiles, bajando con mis hermanos, primos y amigos desde Occopata, pescando bagres o Awaccos, unos peces pequeños con bigotes, que eran una delicia cocida en brasas de carbón y degustada con canchita Chullpi o mote Paraccay. Hurgando entre las piedras lográbamos pescar hasta una docena de ejemplares. En épocas de lluvia la pesca era más fructífera.

En la actualidad, el interminable Ccotomayo sigue siendo un permanente fluir de agua limpia, pura, a pesar de su abandono y descuido. La Faccha, sigue soltando chorros perennes desde una cañería de plástico incrustada en las paredes de piedra, sirviendo de lavandería para algunos vecinos. Rosales colgantes comparten el frescor de las aguas con malahierba, jisas, patakiskas, y otras plantas en las que nadie parece reparar.

Ninguna autoridad edil fue capaz, es capaz de canalizar o encauzar, con algo de arte, el riachuelo desde la Faccha hasta la entrada al río. Acción necesaria que permitiría mirar con otros ojos esa parte tradicional de un pueblo que intenta levantar fuerzas y recuperar su historia, que es valiosa. Tarea pendiente.

martes, 20 de julio de 2021

Chacapata: puente en el recuerdo

Chacapata: puente en el recuerdo
Escribe, Efraín Gómez Pereira

Había una enorme roca liza empotrada en el acceso al puente que hermanaba Chacapata con Chimpacalle. Servía de rodadero a los niños de las inmediaciones. Alguna vez intentaron despedazarla a punta de infructuosos dinamitazos. Quedaron hoyos perforados, del diámetro de una barreta, como evidencia del vano esfuerzo. El tránsito era peatonal y ahí comenzaba el camino de herradura hacia Marjuni, Mariscal Gamarra y otras comarcas vecinas de Lambrama.

El río siempre tronador, por el cauce precipitado que golpeaba las corrientes de roca en roca. El agua siempre cristalina, espumosa, con excepción de las épocas de lluvia cuando se hacía color chocolate. Un hermoso y frondoso lambras, siempre verde, competía con una pequeña pero firme unca, en dar sombra a la poza natural de donde se recogía agua para consumo humano en jarras de barro, puyñus y makas. El lambras tenía como hospedero natural a una enredadera que daba frutos agridulces: el rico tintín. 

El camino hacia el vertedero de agua bordeaba la residencia y la huerta familiar de don Laureano Gómez, mi padre, por donde transitaban desde madrugada, hombres, mujeres y niños afanosos. Eran vecinos de los barrios de Chacapata y Tamacucho, en Pampacalle, al fondo del centro poblado que permitía una vida en paz y sosiego permanentes. 
Río Lambrama y añorado puente de Chacapata (Fotografías de Efraín Gómez y Juan Carlos Gamarra)

Chacapata y Tamacucho, conjugaban la vivencia de contadas familias que, en el transcurso de varias generaciones, edificaron sus viviendas de adobe, con techos de paja, teja o calamina, con huertas generosas de hortalizas para el diario comer. 

En Tomacucho, los hermanos Laureano y Andrés Gómez, alimentaron de vida y alegría a sus huestes, en casas vecinas que rodeaban a la de la abuela Higidia. Laureano tenía una huerta pegada al río, con hortalizas, asnapas, uchus, rosales, nogales y capulíes; donde en algunas épocas tenía como inquilina a una vaca lechera Holstein “Princesa”, que prodigaba sorprendentes cantidades de leche fresca, todos los días.

En la misma zona, los Espinoza, Ayala, Laguna, así como los Luna, Medrano, Tello y Gamarra, compartían una vecindad de envidiable hermandad. La tía Ceferina, con su leal “opa” Julián, ofrecía sus saberes de curandera y partera. Muchos lambraminos vieron la luz de la vida, con la ayuda de las expertas manos de Ceferina.  

Los patios cercados, eran refugio de gallinas y patos criollos que ofrecían nutrientes huevos y crianzas siempre productivas. En los muros periféricos de los patios, pegados a las paredes de las viviendas, habían hermosas pilas de leña seca de unca, huarango, tasta, queuña, que eran el combustible natural, recogida en bosques cercanos como Tanccama, Llakisway, Unca, Ccaraccara, Motoypata.

La vecindad tenía expertos zapateros, alfareros, herreros, veterinarios que compartían sus capacidades a cambio del afecto y reciprocidad, que eran palabra hecha ley.

Hacia abajo, circundando al puente, en el barrio Chacapata, estaban las familias Gamarra, Chipana, Zanabria, Mendoza, Miranda, Villegas, Quintana, Teves, Ccahuana y otras que al igual que sus vecinos de más arriba, convivían en casas grandes, con la misma riqueza o pobreza que la de los otros y algunos con sus infaltables huertos con durazneros, que eran la atracción de traviesos infantes.

En esta parte del pueblo, había una herrería, dedicada a los quehaceres domésticos de hojalatería, que con el aporte de una pequeña e incansable fragua ponía a disposición de los lambraminos, picos, lampas, allachus, herrajes, cuchillos y todo lo especializado en estos menesteres.

El tío Mario, responsable de iluminar de madrugada las calles y viviendas del pueblo desde su centro de comando de Plantawasi, nos prodigaba, con la sapiencia y hábiles manos de su señora, la tía Julia, de panes artesanales salidas de un horno casero. 

Chacapata, el barrio de la canchita de fulbito, tenía su propio encanto. En el espacio callejero que permitía jugar el deporte más popular, se hacían competencias “a muerte” entre pikis vecinos hinchas de la “U” y Alianza, y a veces del Cristal. Ccalachakis o con ojotas, algunos con zapatos recios “sokros”, corríamos sudorosos tras una pelota hecha de trapos o de una original de Lambrama; una bola inflada hecha con la vejiga seca de un torete: un “Ispayfuru”. A veces el partido terminaba cuando el río se tragaba la pelota, impulsada por el patadón de uno de los aguerridos.

Cruzando el puente, la callecita empinada de tierra y piedra, era el inicio de la ruta señalada a pueblos vecinos. Desde Chacapata hasta Chimpacalle, habremos transitado miles, millones de veces, buscando una libra de azúcar donde la tía Trini, o un Sol de pan donde la tía Tiburcia, o simplemente de visita a las tías Saturnina y Alberta; o hacia la poza de Surupata, a gozar ccalasikis, de sus heladas aguas en un baño atrevido.

El puente de Chacapata, hecho en faenas comunales, con listones firmes de eucalipto y ramadas de lambras, layan o nogal y cubierto de champas compactas con tierra y grama, era la aduana del pueblo. Daba la seguridad al paso de caballos con cargas pesadas, de manadas de toros, recuas y tropas de animales de crianza o de comercio.

La poza que se formaba en la base del puente, de no más de cuatro o cinco metros de luz, era escenario final de juegos carnavaleros, hasta donde eran llevadas en huantuna las limacas de jean y zapatillas. Hoy, el puente es de material noble. Las calles van mejorando. Un cambio necesario que permite a los lambraminos seguir transitando con seguridad desde Chacapata hasta Chimpacalle. Nosotros seguimos transitando en la nostalgia de los años idos, con la seguridad que muchos añoraremos con pena contenida, a nuestro querido puente de Chacapata. Ama wajaspalla, llactamasikuna.

martes, 13 de julio de 2021

Sonia, Maestra del Bicentenario

Sonia, Maestra del Bicentenario
Escribe, Efraín Gómez Pereira

Doscientos docentes de todo el país, seis de Apurímac, entre profesores de aula y directivos, fueron reconocidos por el ministerio de Educación como “Maestros del Bicentenario”, en el marco de las celebraciones por el Día del Maestro y del Bicentenario de la Independencia del Perú.

En medio del agitado clima político que muestra un país dividido y urgido de salir de esa penumbra, las autoridades nacionales educativas no han dejado pasar inadvertida la fecha, para destacar la enorme valía de los maestros, que en todo el país, cumplen su apostolado en una etapa dura, apremiada por la pandemia que ha alejado a los alumnos de las aulas.

La Resolución Ministerial 243-2021-MINEDU, tiene como “objeto reconocer a docentes y/o directivos a nivel nacional, representantes de su región, destacados por ser líderes pedagógicos, por su trayectoria, trascendencia y/o desempeño profesional; que en medio de la crisis sanitaria ocasionada a consecuencia de la propagación del COVID-19, vienen dando su mayor esfuerzo para la continuidad del servicio educativo a millones de estudiantes de educación básica del país; así como a aquellos docentes que durante su trayectoria profesional han tenido incidencia positiva en el desarrollo de sus estudiantes, instituciones educativas, en su entorno local, regional, e incluso en el ámbito nacional o internacional, siendo estos destacados por su extraordinaria excelencia y desempeño profesional durante su servicio como docentes y/o directivos”.
Sonia Ambía Pereira, Maestra del Bicentenario 

Este reconocimiento valora el aporte y empeño puestos de manifiesto en el transcurso de su vida profesional, por los profesores apurimeños María Sonia Ambía Pereira (Abancay), Santos Alejandrino Pacco Martínez (Cotabambas), Lucio Isaías Rivas Loayza (Andahuaylas); Rubén Sánchez Quispe, Sergio Apaza Gómez (Antabamba) y Danny Bernales Sotomayor (Grau).

Sin duda un hecho que pone en evidencia la importancia del maestro de aula, del docente directivo, del profesor cesante, cuyas lecciones acumuladas en años de experiencia y compartir, son el acicate para que muchas generaciones de apurimeños se hayan nutrido de conocimiento y saber, para afrontar los retos de la vida, desde una posición de hombre o mujer leído, educado, formado. Nuestras congratulaciones y beneplácito para estos seis maestros, que representan a los más de diez mil docentes que suman saberes, ciencia, conocimiento y valores en nuestra región Apurímac.

Con la licencia que me permite “Pregón”, desde hace varios años, quiero manifestar, en estas líneas, mi alegría y orgullo por la “Maestra del Bicentenario” María Sonia Ambía Pereira, quien ha sido honrada con este lauro, en mérito a su destacada, disciplinada y fructífera labor como docente, directiva y consejera de centenares, miles de niños apurimeños, a quienes ha encaminado por la buena senda, en 39 años de prolífica actividad en esta profesión que es sinónimo de entrega y compromiso.
"Agradezco a Dios, a la UGEL Abancay, al Minedu".

Orgullosa profesora de aula y directora; su licenciatura de La Salle, su maestría y doctorado en Gestión Educativa, así como su segunda especialidad, le han servido para dejar huellas indelebles de amistad y cariño, entre sus pupilos, colegas y padres de familia con quienes ha compartido casi cuatro décadas de relación armoniosa, fraterna, con el valor inculcado en casa por su señora madre, doña Virginia, también docente reconocida y muy querida en Chincheros.

“Este premio recibido, ad portas de cesar y pasar al retiro, me llena de orgullo y satisfacción. Hemos cumplido las diferentes funciones que el Estado nos ha encomendado siempre con un valor agregado de responsabilidad, ética, compromiso y entrega. Agradezco a Dios, a la UGEL Abancay y al MINEDU por esta bonita iniciativa que nos compromete aún más y nos impulsa a seguir contribuyendo en el bienestar y mejora de la educación apurimeña. Gracias por esta designación de Maestro Bicentenario”, señala Sonia en las redes sociales, donde ha recibido una abrumadora lluvia de saludos y felicitaciones.

La UGEL Abancay señala que el reconocimiento a Sonia “se realiza por su destacada labor como líder pedagógico de nuestra región, por su trascendencia profesional que ha tenido incidencia positiva en el desarrollo de los estudiantes así como de los maestros, demostrando excelencia en su desempeño profesional durante sus 39 años de servicio a la educación pública desde diferentes espacios donde laboró y labora, como directora y docente de instituciones educativas, en instituciones de formación docente, en la Dirección Regional de Educación de Apurímac, como Docente coordinadora de los PRONOEI, así como siendo parte de la construcción del PER Apurímac, de la Red Regional de atención a la primera infancia y educando a la población a través de la Escuela del Aire”.
Reiteradas felicitaciones, Sonia, querida prima, “Maestra del Bicentenario”.

domingo, 27 de junio de 2021

Fuerza Hilario, alcalde de Lambrama

Fuerza Hilario, alcalde de Lambrama
Escribe, Efraín Gómez Pereira

Familiares, amigos y paisanos del alcalde de Lambrama, Hilario Saldívar Taipe, se mantienen en permanente cadena de oración por la salud del burgomaestre, internado en el hospital de EsSalud de Abancay, afectado por el mal que preocupa al mundo entero.

La señora Marcelina, esposa de Hilario, también diagnosticada con resultado positivo, transmite su agradecimiento a familiares y amigos que le vienen expresando sus mejores deseos por la pronta recuperación de la salud del alcalde. Los hijos Kathia, Kevin y Kenda se mantienen en expectativa y confianza de que el tratamiento médico y las oraciones hagan sociedad en bien de su señor padre.

Hilario Saldívar Taipe, alcalde de Lambrama

Hace unas semanas, el alcalde estuvo en Lima haciendo gestiones ante el ministerio de Economía y Finanzas, a fin de conseguir recursos para las obras de pistas y veredas en la comunidad de Caype. De retorno a la tierra, participó en algunas actividades oficiales como la colocación de la primera piedra de las obras de construcción de la carretera del sector Paccaypata a Pichihuani-Huancallpa, en la comunidad de Soccospampa, cuando se manifestaron los síntomas.

En el inicio de obras de la carretera Pichihuani-Huancallpa. 

La familia, con la natural preocupación del caso y dada la situación de la emergencia que agobia a muchas familias, lo ingresó en la clínica Santa Teresita de Abancay, con niveles de saturación preocupantes. La diabetes que afecta a Hilario, se confabuló en contra de su salud.

Luego de varios días que estuvo internado, el alcalde pidió lo lleven a su domicilio, pero el día que estaban en esos trámites, se complicó la saturación obligándolos a trasladarlo de emergencia al Seguro Social, donde fue ingresado a UCI y es asistido con máquinas de oxígeno. 

Hoy se encuentra internado en UCI, en situación estable, a la espera que el tratamiento médico prospere favorablemente. La familia, los lambraminos, los amigos, los trabajadores de la municipalidad, nos mantenemos expectantes y sumando nuestras oraciones por la salud de Hilario.

Desde Lima, los residentes lambraminos que mantienen permanente coordinación con el alcalde, se suman a esta cadena de oraciones y piden a los hermanos lambraminos de todas partes, hacer lo propio y confiar que la fuerza de la fe hará que el alcalde de Lambrama recupere su salud y siga trabajando por nuestro pueblo. Fuerza, Hilario. Estamos contigo.

miércoles, 9 de junio de 2021

Residentes en Lima, envían 20 mil mascarillas a Lambrama

Residentes en Lima, envían 20 mil mascarillas a Lambrama
Escribe, Efraín Gómez Pereira

Lambrama y la notoria baja de casos positivos de coronavirus sorprende en las últimas semanas. La acción coordinada, conjunta y responsable del Comando Covid, los pobladores, autoridades y organizaciones sociales y comunales, en acatar y hacer cumplir las normas y protocolos de bioseguridad, han alcanzado efecto extraordinario desde el pasado 24 de mayo. 

Desde entonces; es decir, desde hace 15 días, no se ha registrado un solo nuevo caso de contagio en todo el distrito. Mientras que en ese lapso, a nivel regional de Apurímac, el número de casos se elevó de 34590 a 35946; es decir, 1356 casos nuevos; en el distrito de Lambrama y sus 19 comunidades, el número se ha detenido en 314 contagiados. Realmente sorprendente.
Juan Carlos Gamarra entregó lote de 20 mil mascarillas a Ruth Gamarra, jefa de Micro Red de Salud de Lambrama 

Rigor en los protocolos sanitarios, acción conjunta del municipio, subprefectura, centro de salud, policía nacional y dirigencias comunales; y sobre todo, disciplina en sus pobladores, han permitido este logro, que ojalá, se mantenga como una norma que evite la presencia de más dolor en el pueblo.

Para ello es necesario, apremiante, no bajar la guardia y no confiarse; pues a pesar de los cuidados mayoritarios, todavía hay algunas personas que no creen en la letalidad de esta pandemia.

En ese entender, los lambraminos residentes en Lima permanecen en estado de alerta permanente y, coordinan de manera activa con las autoridades de salud para mantenerse informados de la real situación del coronavirus en el distrito sus comunidades y centros poblados.

Desde el inicio de la emergencia sanitaria, hace más de un año, los lambraminos en Lima, se han organizado en una Comisión Especial para atender a través de telemedicina casos de sus paisanos más vulnerables, a quienes además los socorren con asistencia humanitaria. El aporte económico de los propios lambraminos hace posible esta interacción solidaria sin precedentes a nivel nacional.

En  esa línea, fueron entregados a la jefa de la Micro Red de Salud de Lambrama, Ruth Gamarra Román, 20 mil mascarillas quirúrgicas como aporte a las medidas de previsión que el centro de salud y el Comando Covid despliegan en todo el distrito.
Lote de mascarillas fueron adquiridas con aportes de lambraminos. 

La entrega fue realizada en acto público, por el delegado de los residentes, Juan Carlos Gamarra, en presencia de funcionarios de Salud de la provincia de Abancay, que participaban en la jornada de vacunación de un primer grupo de adultos mayores de las comunidades de Lambrama, Marjuni, Urpipampa, Pichiuca, Soccospampa, Atancama.

Las mascarillas fueron adquiridas en Lima, con el aporte económico voluntario y solidario de los lambraminos Rafael Gómez, Zoila Gómez, Lino Peña, Dionisio Chipana, Irene Gómez, Norberto Pumapillo, Zoilo Gamarra y Efraín Gómez, quienes mantienen la expectativa que otros paisanos se sumarán a esta cadena de buena voluntad, para ampliar esta iniciativa que busca apoyar las acciones de prevención en los pueblos de Lambrama.

“Los lambraminos en Lima, organizados para apoyar a nuestros paisanos que se encuentran en situación de vulnerabilidad, no podemos permanecer ajenos a la realidad que atraviesan nuestros paisanos en las 19 comunidades y centros poblados de nuestro distrito”, refiere Zoilo Gamarra, presidente de los lambraminos residentes en Lima.

“Mucho agradeceremos señora Jefa de la Micro Red, distribuir esta asistencia entre nuestros hermanos lambraminos, como un apoyo de los lambraminos en Lima que no olvidamos nuestras raíces”, demanda el dirigente en una misiva adjunta a las 20 mil mascarillas.

viernes, 4 de junio de 2021

Libros y lectura para Lambrama

Libros y lectura para Lambrama
Escribe, Efraín Gómez Pereira

“Un libro es como un jardín cargado en el bolsillo” señala un proverbio chino. La lectura es una pasión que alimenta el conocimiento y quien lee tiene mayores capacidades para la observación, el pensamiento y el diálogo. 

Es imposible olvidar las primeras lecturas aún de niño, impulsadas por los padres o los maestros, que han dejado huellas imborrables. El recuerdo del emblemático “Coquito” debe ser universal para los peruanos de mi generación.

Hoy que el libro físico, de papel y tinta, ha sido casi proscrito de nuestra realidad a causa de la brutal y licenciosa presencia de las redes sociales que trae de todo, sin ningún filtro, opacando el interés de los potenciales lectores; las bibliotecas escolares, municipales, vecinales están camino a convertirse en reliquias, en lugares casi sagrados, solo para los muy interesados; por lo que debemos asumir como reto, la necesidad de recuperar la lectura como un bien proyectado para el futuro.
Efraín Gómez y Zoilo Gamarra, flanquean al señor Carlos Ginocchio Celi. 

En ese sentido, hace algunos meses, un grupo de lambraminos residentes en Lima, nos hemos planteado impulsar esfuerzos y voluntades a fin de llevar libros que alimenten y enriquezcan las bibliotecas de nuestras escuelas y colegios en Lambrama y, de esa manera, propiciar entre nuestros niños y jóvenes estudiantes, el don de la lectura, como actividad complementaria a la rutina de las clases virtuales.

La biblioteca del Colegio “Guillermo Viladegut Ferrufino”, de Lambrama, recibirá una donación de 500 libros y estudios vinculados a la agricultura y actividad empresarial, generosamente facilitados por el señor Carlos Ginocchio Celi, académico piurano y gran amigo del periodista lambramino Efraín Gómez Pereira. 

Asimismo, un buen paquete compuesto por medio centenar de volúmenes sobre historia, geografía y música fue entregado a los dirigentes lambraminos por la conductora del programa “Sonidos de Mundo” de la televisión peruana, Mabela Martínez, en respuesta a un pedido hecho por nuestra paisana Eulogia Choque.

Estos dos primeros y valiosos aportes se convierten en la punta de lanza de una campaña que pretende instituir el 25 de junio de todos los años, como el Día del Libro Lambramino, para lo cual se intensificará la captación de donaciones de libros, enciclopedias, revistas, ilustraciones, de los propios lambraminos residentes en Lima y otras ciudades, así como de amigos y entidades que se ofrezcan sumar a este propósito.
Efraín Gómez, Zoilo Gamarra y Eulogia Choque, con Mabela Martínez, y libros donados para Lambrama. 

El próximo 25 de junio, se realizará una ceremonia virtual con la participación del director del colegio, Alipio Chipana Yupanqui, del alcalde distrital, Hilario Saldívar Taipe, del presidente de los Residentes Lambraminos en Lima, Zoilo Gamarra Espinoza y del periodista Efraín Gómez promotor de esta iniciativa. En la jornada se agradecerá a los donantes Carlos Ginocchio y Mabela Martínez.

El director del colegio, Alipio Chipana, viene coordinando con el municipio distrital el apoyo con la estantería necesaria para albergar a los libros y revistas que deben llegar en los próximos días.
Zoilo Gamarra Espinoza presidente de la Asociación de Lambraminos en Lima, hace un llamado a sus paisanos, e hijos de lambraminos que residen en Lima, Cusco y Abancay, a los ex alumnos del colegio, para que puedan donar los libros y textos escolares que sus menores hijos ya no los utilizan.
La siembra de libros para Lambrama está en su primera etapa. Hay que bregar sin tregua, para que los estantes del colegio y las escuelas de las 19 Comunidades del distrito, se llenen progresivamente llevando saber y conocimiento, a través de la buena lectura, a las actuales y próximas generaciones de lambraminos.

miércoles, 26 de mayo de 2021

Lucas Molina, dolor en el charango

Lucas Molina, dolor en el charango

Escribe: Efraín Gómez Pereira

Ha partido un amigo, un músico querido, un artista polifuncional, un cantautor, un creador de sueños, un profesor identificado, un padre amoroso; y, sobre todo, un hombre que adoptó, como muy pocos, la humildad y sencillez, como marca personal adherida a todos sus actos.

Su pueblo, al que juró olvidar solo con la muerte, llora su temprana ausencia. Sus alumnos, sus colegas, sus amigos de colegio, sus paisanos de Lambrama y Pampahuire, reconocen su valía, lamentan su partida, con sentidas frases y mensajes a través de las redes sociales y expresan su pesar con la familia.

Lucas Molina León, “Lambramino de Pampahuire” como se identificaba, ha provocado que el “Chincapun” de las campanas de la iglesia San Blas de Lambrama, repiquen con especial connotación. Sus tañidos, en homenaje al charanguista autodidacta, laceran el alma de los lambraminos.

Dino, Ulises y Lucas, Trío Chipito, en un reencuentro musical en Lambrama, después de muchos años. 

Hay silencio y congoja. Hay dolor, mucho dolor, en las calles de aquel pueblo, al que hace algunos años le escribió una sentida canción, como presagio de que lo inevitable iba a llegar en algún momento. A través de “Nostalgia lejana”, Lucas con el Trío Chipito, integrado además por Bernardino Pereyra Peralta y Ulises Lezama Milla, perennizó estas letras que lo dicen todo:


”Lejano el día que yo partí, de aquel pueblo que tanto amé. Mi corazón no sabe qué hacer, siente nostalgia, quiere llorar. Al estar lejos de ti, es mi promesa volver a ti. Bajo Chipito, río hablador, son cuatro barrios en su suelo, flores germinan en sus campos, trinan pajarillos sin descansar. Es mi Lambrama de mí querer, en cuyo suelo pues yo viví, en cuyo suelo pues yo nací. Aunque lejos, muy lejos, lambramita, siempre estás en mí.

Recuerdo días de aquel vivir, muchos amigos con quien jugué, mil ilusiones al despertar, mil aventuras al caminar, infancia mía que ya se fue, queda impregnada en mi corazón. Pues el destino hizo que yo me alejara pronto de ti, dolido el alma y llanto en mí, fue de aquel día que yo partí. Pues me alejé tal vez no volví, pero olvidarte solo al morir”.

Lucas era un exponente natural de todo instrumento musical que llegaba a sus manos. Guitarra, mandolina, quena, tinya, charango. Evocaba a su padre, Lucas Molina Valderrama y a Melchor Pereyra, como quienes lo inculcaron en el arte, cuando muy niño los veía gozar de las cuerdas y los huaynos, en su añorada Lambrama.

En la ejecución y adaptación del charango destacó como un gran creador, un innovador de talla mundial. Tiene como registro suyo, la afinación de 12 cuerdas, una innovación atrevida que causó estudios y análisis en el Congreso Internacional del Charango, realizado en Cusco, en octubre del 2008.

Entonces dijo ante el asombro de eximios charanguistas mundiales: “Quiero adaptarle una orden más al charango; es decir sería de 6 órdenes dobles (12 cuerdas), en otras dos afinaciones distintas (L16 y L18), una adaptación mía”. Su orgullo era mostrar el “Charango pampahuirino” en diferentes escenarios.

Con Dino y Ulises, amigos desde la niñez, grabó un primer CD con canciones y creaciones propias, como el Trío Chipito. Los pocos ahorros del trío y el aporte de amigos, lo hicieron posible. Sus canciones, ligadas a Lambrama y las andanzas de los tres músicos, impactaron y motivaron el interés de propios y extraños. Grupos ya consagrados quisieron comprar las canciones del Trío Chipito. “No somos mercantilistas, somos promotores”, era la respuesta.

Al salir Ulises del país, Lucas y Dino, siguieron con la rica travesía musical lambramina, a través del Dúo Lamblalma, cuando grabaron una segunda entrega, también con creaciones emotivas y populares. Sus canciones, además de sus solos de charango están colgadas en Youtube.  

Lucas y Dino, el Dúo Lamblalma. 

Afectado por un mal renal, se trasladó a vivir a Lima y el dúo se dividió. Lucas y Dino, cada uno por su lado, siguieron haciendo música, música grauina y lambramina. El sueño, el caro anhelo de ambos amigos de niñez e infancia, de aventuras y penurias, era grabar una tercera entrega. Solo en enero pasado, se pusieron como meta, que apenas pase el feo temporal de la pandemia, se juntarían para cantar y tocar, para grabar por Lambrama, por el pueblo, por los recuerdos, por el futuro.

El sueño quedó trunco. Dino, con el dolor que lo aqueja por esta irreparable pérdida de su “hermano del Lambralma”, ha jurado que cumplirá ese anhelo, con Lucas dirigiéndolo desde el cielo, que es donde debe estar afinando las 12 cuerdas de su “Charango pampahuirino”. Descansa, Lucas. Nosotros nos quedamos mirando tus videos y sintiendo el latir de nuestros corazones con los sones de tus creaciones.

martes, 6 de abril de 2021

Feliz día, Mamá Victoria

Feliz día, Mamá Victoria 
Escribe, Efraín Gómez Pereira

Hoy cumple 85 años. A pesar de los naturales contratiempos de la edad, se mantiene vital, dinámica, siempre atenta y conversadora. Victoria, Mamá Victoria, es la imagen de la mujer madre, amiga, compañera íntegra y bondadosa, que tiene proscrito la palabra “no” de su léxico diario. Es una mujer lambramina, de la vida real.

Hace algún tiempo le pregunté entre curioso y bromista: “¿Mamita, cuántos hijos tienes?” Sin titubear afirmó: “casi una decena, papá”. Y es que Victoria, que llegó a mi vida –como esposa de Laureano, mi señor padre- hace más de cinco décadas, cuando yo era un niño apenas, se encargó de cumplir el noble papel de madre de cinco menores hijos: Genaro, Alfredo, Rafael, Efraín y Mery, los hijos de Laureano, viudo de mi madre, Dora. 
En Lambrama, hace algún tiempo. 

Victoria tenía dos hijos, que se suman mis dos hermanas –Gladys y Martha- procreadas como mi padre. En efecto, son casi una decena de hijos, que convivieron en la residencia de Tomacucho. Años felices, entre alegrías y tristezas, entre esperanzas y preocupaciones. Sus “casi diez hijos” bien logrados, hombres y mujeres de bien. 

Lloró la temprana partida de su hija mayor, aun joven. Un tema que a pesar de esconderlo, la mantiene en nostalgia insuperable. En Lambrama y en Abancay, Victoria y Laureano, criaron a los hermanos Gómez Pereira, Gómez Gamboa y a Lino. Hoy vive con sus hijas y sus nietos en Abancay, entre Patibamba y Quitasol. 

Es un tren que nada la detiene. Lleva con puntualidad inglesa, flores y velas a Laureano, en su descanso eterno, en Lambrama. De vez en cuando tengo la dicha de saborear sus cuyes rellenos, canchita chullpi, chicharrones muy a su estilo, que llegan a Lima, como encomiendas.

¿Qué decir de una mujer que forma gran parte de mi existencia, que reemplazó con creces la ausencia de mi madre? La dulzura de su forma de hablar, la ternura de sus expresiones, el esmero de sus atenciones, la envidiable sazón de sus comidas, las lágrimas soltadas en cada conversación telefónica, encargando la bendición y salud de mis hijos, sus “nietos”, de su hijo Lino; la grafican como a un ser formado para personalizar a la Madre, con mayúsculas.

Victoria Gamboa Zúñiga, que dejó su natal Paccaypata, para recalar en Tomacucho, es la madrastra que superó, a pesar de su ignorancia académica, sino con su natural conocimiento de vida; los naturales temores y riesgos del rechazo de los hijos, de la familia, del entorno que rodea al esposo con hijos, gracias a su personalidad afable, íntegra, humana.

Si algunos escritores de novelas y cuentos han estigmatizado a la madrastra como una mujer mala, sin escrúpulos, calculadora; debían conocer a Victoria, que es la otra cara de la medalla; la bondad hecha mujer-madre. 

Con esta pequeña semblanza, mi afecto, mi amor a Mamá Victoria, en este día especial, pidiendo que el Señor nos permita tener su compañía, sus bendiciones, su calor de Madre, por muchos años más. Allinta munaiki, Mamá Victoria.

lunes, 5 de abril de 2021

Otro año escolar en pandemia

Otro año escolar en pandemia
Escribe, Efraín Gómez Pereira

Otro año de aprendizaje para la educación en la persistente etapa de pandemia. Con notorias falencias, como la escurridiza distribución de tablets para docentes y alumnos de primaria y secundaria, la difícil conectividad en áreas rurales alejadas, la deserción de miles de estudiantes, la desconexión entre el docente y el alumno, está en marcha el año escolar 2021 en la región Apurímac .

Según la Dirección Regional de Educación, son 122 mil estudiantes matriculados en la región Apurímac, que serán atendidos por más de 10 mil docentes, en la modalidad de clases virtuales. Hay un importante 30% de matrículas aun no confirmadas. Se espera que los protocolos diseñados para evitar el contagio del virus se apliquen a cabalidad en el entorno de estudiantes y docentes. 
Escuela primaria de Lambrama 

Planificación y actualización de los instrumentos de gestión, es el eje que desarrollarán los docentes, señala la región, a tiempo de afirmar que “hay estrecha coordinación entre la comunidad educativa, autoridades regionales y locales, para dinamizar la educación digital con conectividad y herramientas tecnológicas, especialmente en el área rural donde las brechas educativas son mayores”.

Se trata, además, de proyectar y ejecutar una estrategia educativa orientada a “lograr que los estudiantes que el año pasado no pudieron acceder regularmente a la educación virtual, en el 2021 sí tendrán la oportunidad de desarrollar sus clases a través de este proyecto”.

Para el efecto se ha distribuido 37 mil tablets, que se suman a las 16 mil entregadas el año pasado tanto a docentes como a estudiantes de primaria y secundaria, distribuidos en las 8 Unidades de Gestión Educativa Local UGEL de la región.

La disposición sectorial es que el desarrollo de las clases virtuales será evaluado de manera rigurosa, sobre todo en el acatamiento de los protocolos Covid 19, a fin de promover el retorno a la normalidad de manera progresiva, gradual y voluntaria.

Tarea del Gobierno Regional es poner en uso la conectividad, a través de las antenas de radio y televisión, sobre todo en lugares alejados de la región, que son las que padecen de esta brecha de interconexión que afecta a miles de estudiantes.
IE Guillermo Viladegut Ferrufino, de Lambrama 
La situación de la educación remota o virtual del distrito de Lambrama, grafica la realidad de la educación rural en pandemia en nuestra región. De acuerdo al profesor Alipio Chipana Yupanqui, director del colegio “Guillermo Viladegut Ferrufino”, este año se han matriculado 147 alumnos, para seis secciones de secundaria, que serán atendidos por una plana docente de 14 profesores.

El número de alumnos es similar al del 2020, cuando se matricularon 143 estudiantes, de los cuales por la pandemia se registró un ausentismo del 20%.

Dato interesante es que en este colegio secundario se han distribuido 120 tablets entre docentes y estudiantes. Hay 98 alumnos que cuentan con teléfonos inteligentes, que les permite participar de las clases virtuales.

Sin embargo, a pesar de estas luces visibles, la realidad de la conectividad da mucho que desear. Muchos alumnos, sobre todo los que residen en comunidades del entorno o alejadas a la capital del distrito, padecen de las facilidades de interconexión. No hay internet y los accesos a la radio municipal o a la televisora estatal, están limitados a la voluntad de las autoridades municipales.
  
En Lambrama, la retransmisión por televisión y radio de los programas virtuales, como “Aprendo en Casa”, se hace con soporte municipal, entidad que lejos de dar facilidades se muestra poco colaborativa con la gestión educativa en el distrito.

En ese sentido, el director del colegio pide que el municipio libere los accesos a la tecnología que permitan a los escolares de Lambrama y comunidades puedan asistir a las clases virtuales sin dificultades. Sumar esfuerzos es una buena recomendación.