Si vienes a mi Abancay
Escribe, Efraín Gómez Pereira
La nostalgia por el desaparecido Pisonay; el Ampay, sus aguas gélidas y sus intimpas; el Mariño y su música perenne; el Quisapata, el Pachachaca, Taraccasa, Aymas y sus encantos naturales.
El pan común, las wawas y taparacos. Los carnavales, las fiestas costumbristas, el mercado de Huanupata, con sus asnapas y sus quesos artesanales; las chicherías y picanterías con sus tallarines nativos; la calle Miscabamba y sus recuerdos.
Micaela, José María, el “Papi” Villa, nuestras leyendas. Los colegios emblemáticos Miguel Grau y Santa Rosa; Aurora, Vallejo, Mercedes, Bonifaz, la Salle.
El clima tropical, los amaneceres de tuyas y atardeceres de jesjentos. Las lluvias de temporada que regalan arcoíris como pasacalles que cruzan la ciudad, sus arterias empinadas; su gente alegre y sencilla del “papacito” y “mamacita”, son algunos de los sellos particulares que caracterizan a nuestra hermosa Abancay.
Los abanquinos nos sentimos orgullosos de estas y otras bellezas que están a la vista de todos. Sonrientes y festivos buscamos una buena ubicación para hacer la toma que perennice nuestro paso por la plaza de Armas y su bella catedral, los parques Micaela y Ocampo, el Mirador, San Antonio, Illanya, Saywite.
Son detalles que llevamos con nosotros sin ningún rigor ni esfuerzo. Nuestro cómplice inseparable en estos avatares, es el moderno móvil que desde un pequeño espacio en los bolsillos, nos lleva a través de un audífono, otro sello especial de este valle primaveral: la música abanquina, los huainos inmortalizados en el querer popular.
Es imposible, un sacrilegio, estar en Abancay y no gozar de los sones emocionados de los carnavales de este valle, los más alegres del Perú. Sería imperdonable no tararear el himno de los pikis hecho canción popular, a través de “Si Vienes a mi Abancay” o “Así es mi Tierra”, del gran Pepe Garay.
Precisamente sobre esta canción, el periodista Hugo Viladegut, hizo un reciente “jalón de orejas” a las autoridades, a los abanquinos, por no recordar ni celebrar como se debe, los 50 primeros años de esta creación grabada por Pepe Garay, Jorge Vargas y Oscar Pinto.
Hugo recuerda que el disco, “llegado a Abancay, el bazar ‘El Chinito’ y la tienda de discos de Rafael Aguilar Camacho agotaron la provisión de 1000 discos en menos de tres meses”.
Agrega "Si vienes a mi Abancay" quedó grabada en el subconsciente de los abanquinos. En todas partes del mundo los pikis con ojos humedecidos la cantan cuando se reúnen y en Abancay es pieza obligada en el repertorio de todos los grupos y cantantes”. "Si Vienes a mi Abancay", es una realidad cultural. ¿Sentirán ese clamor las autoridades?”, cuestiona Hugo.
Para hacer más festiva esta nota de evocación y homenaje a un pedacito de abanquinidad impregnada en todos los corazones pikis, es bueno conocer que Pepe Garay recuerda que hace cincuenta años, la edad del himno, “desde que nace el día hasta que muere el sol, el espíritu alegre y jovial de su gente lucía siempre con el ánimo altivo y manera de ser risueña y gentil del abanquino, piki travieso, inquieto y bonachón que caracteriza nuestra estirpe”.
“En ese contexto –dice- me impuse el deseo de resaltar la alegría de su ambiente hospitalario y generoso, el calor del paisaje, y extender al mundo la mano amiga invitando venir al valle de Aucapana y Santiago de los Reyes. A nuestro bello carnaval de colorido vestuario, de singular coreografía y sana picardía, y a los brillantes Negrillos de tradición, había que sumar una canción de ritmo alegre como su gente. Así nació "Así es mi tierra" o "Si vienes a mi Abancay", que resume modestamente el cariño y gratitud que siento por mi amada tierra, Abancay de mis a amores”, rememora Pepe Garay.
Feliz 147 aniversario, Abancay, capital del cielo. Abrazo lambramino.