Lambrama: territorio agroecológico
Escribe, Efraín Gómez Pereira
Doña Felícitas Taype Márquez, productora de la comunidad campesina de Urpipampa, en Lambrama, es asidua visitante de la ciudad de Abancay. Todos los sábados, llega hasta el mercado agroecológico itinerante de Miguel Grau, para ofertar sus hortalizas producidas libre de agroquímicos. El abono que usa es guano de cuy, ovejas y vacas. Ya tiene una agenda de caseras que la esperan con expectativa, y a quienes debe atender con amable puntualidad.
Los mercados de Miguel Grau, Av. El Sol y estadio de Condebamba, habilitados para el comercio de alimentos, entre los que destacan los productos agroecológicos procedentes de Lambrama, Circa, Mariscal Gamarra y la propia Abancay, se han convertido en el termómetro de un naciente universo de productores que, en los últimos años, han sabido ganar un importante nicho comercial, que va de la mano con el cuidado del medio ambiente en la región.
Hoy, en épocas de pandemia, forman parte de un escenario que acerca al pequeño productor con el comprador, en una lógica articulada por entidades públicas y privadas: Dirección Regional Agraria, Municipalidad Provincial, SENASA, DIRESA, IDMA; que han dispuesto lo necesario para que el comercio de alimentos que requieren los abanquinos, se realice bajo los protocolos de bioseguridad adecuados.
Así como doña Felícitas, un centenar de mujeres lambraminas, que han logrado la certificación del Sistema de Garantía Participativo SGP, otorgada por el Instituto de Desarrollo y Medio Ambiente IDMA, comparten los ambientes de los mercados y la feria ChakraManta, que cumplen un rol comercial de especial importancia.
Los productos de Lambrama, tienen un singular atractivo entre los compradores, que literalmente “barren” en pocas horas con las reservas sabatinas de paltas, frutas, flores, quesos, truchas, papa nativa, maíz, hortalizas; como nabos, betarragas, cebollas, calabazas, arvejas, col, coliflor, tomate, espinaca, zanahoria, habas, asnapas, y otros que se han ganado un espacio en el gusto del consumidor abanquino.
Este importante logro no es fruto del azar ni de la improvisación. Las mujeres lambraminas, particularmente de las comunidades de Lambrama, Siusay, Caipe, Urpipampa y Atancama, participan desde hace seis años en programas de producción sana, con apoyo del IDMA, en el entendido de que el camino debe llevar a este distrito a ser reconocido como zona de producción agroecológica.
Según Yeisser Caballero, responsable de IDMA en Abancay; en Lambrama han certificado con SGP, a 150 productores, quienes tienen la enorme ventaja de acceder a un nicho comercial en franco crecimiento. “Las lambraminas que asisten a las ferias y mercados en Abancay, son la evidencia de que la producción ecológica es sostenible y con una enorme proyección. Ellas son las que producen, trasladan sus cosechas al mercado, comercian y manejan sus cuentas. Son autosuficientes. Nosotros no financiamos, sino la adecuación de los puestos de venta en los mercados, bajo los rigores del control de bioseguridad”, sostiene Caballero.
Otro rubro que tiene atracción en Abancay es la trucha procedente de una veintena de criaderos instalados en la cuenca del río Lambrama, que por su frescura, color y sabor, se ha convertido en la preferida de los consumidores. “La demanda a veces rebasa nuestra capacidad de cosecha, que es aprovechada por comerciantes inescrupulosos que traen trucha de otros lugares y la venden como lambramina”, denuncia Juan Carlos Gamarra, impulsor de la crianza de truchas.
Recuerda que en los tres últimos años, el distrito ha sabido sumar esfuerzos para lograr un interesante avance en la producción y crianza ecológicas. “Hemos desterrado los agroquímicos, para darle el peso que le corresponde al abono natural, al guano de corral, que es un poderoso nutriente”, señala Gamarra. En algunas zonas del bajo valle, donde se alquila las tierras de cultivo, todavía se usan agroquímicos, y deben ser erradicados.
Resultado de este trabajo mancomunado, se debe destacar que, a través de la Ordenanza Municipal 005-2020, la municipalidad de Lambrama ha declarado, hace unos días, el territorio distrital como agroecológico para la producción sana, el fomento de ferias agroecológicas con certificación SGP; y control del uso de fertilizantes y pesticidas sintéticos.
La municipalidad de Lambrama y SENASA, en el ámbito de sus responsabilidades y coordinaciones necesarias, deberán velar por el cumplimiento de las normas correspondientes, como las Resoluciones Directorales Nº 0057-2020 y Nº 022-2020, de SENASA, que prohíben el uso de plaguicidas químicos de uso agrícola que contengan ingredientes activos como Paraquat y Methamidophos, que son herbicidas e insecticidas con alto poder residual.
Sin duda, es un buen avance logrado por el distrito de Lambrama, por la municipalidad, los productores individuales y organizados, y el apoyo de IDMA, que debe apuntar más lejos, a fin de ratificar que Lambrama es un baluarte de la biodiversidad regional y Zona de Agro Biodiversidad - ZABD.