lunes, 14 de diciembre de 2020

Asociatividad hacia el desarrollo

Asociativad hacia el desarrollo
Escribe, Efraín Gómez Pereira

Mucho se habla de asociatividad como una estrategia hacia el desarrollo de la actividad agropecuaria, que compromete a pequeños productores. El gobierno la promueve, a través de programas del ministerio de Agricultura y Desarrollo Agrario y Riego -MIDAGRI, con subsidios o apoyo económico determinado, en la idea de hacer que la “economía de escala”, sea el motor que dinamice los emprendimientos de pequeños productores, de la agricultura familiar.

En las últimas semanas hemos conocido tres casos o experiencias exitosas de asociatividad en la región Apurímac y que nos permiten mirar un norte esperanzador, de expectativa, para un vasto sector de peruanos que viven de la producción alimentaria, muchas veces en condiciones de lastimosa orfandad, sin apoyo del gobierno, sin ser visibilizados por los programas públicos y privados ONG, que hacen estudios y maravillas de libros sobre la pobreza rural.

En la comunidad campesina de Santa Isabel de Caype, en Lambrama, hace dos años se juntaron cinco mujeres “emprendedoras” con la finalidad de sacarle el mayor provecho al dulce de sus diez colmenas de abejas que tenían entre todas. 

Se denominaron “Las obreritas de Caype” y capitaneadas por Brigida Benites Medina, empujaron sueños y ambiciones, incluso enfrentándose al secular machismo de la zona, y con apoyo de un premio ganado en concurso convocado por Haku Wiñay, de Foncodes, avanzaron de manera sostenida.

Hoy tienen 100 colmenas y 35 socias y se han puesto como meta, mejorar los procesos de crianza, manejo, cosecha y comercialización. Este año fueron finalistas del Desafío Kunan 2020, lo que las motivó a mirar como siguiente paso, la obtención del registro sanitario y mejora de las etiquetas y envases, para llegar a mercados  nacionales y extranjeros. Están convencidas que lo harán.
Planta de procesamiento de chuño en Kishuara

Las otras dos experiencias exitosas se desarrollan en el distrito andahuaylino de Kishuara. Allá, un grupo de 72 productores de papa asociados en la Cooperativa Agraria Tesoro Chanka COOPAGROS, viene produciendo chuño “El tesoro de los Andes”, en el marco de un plan de negocios apoyado por el programa Agroideas, del MIDAGRI.

La papa de descarte que antes lo vendían a Puno, de donde regresaba como chuño o tunta, es ahora la materia básica para la planta de transformación instalada en la zona de Millu Millu, en la antigua carretera Andahuaylas-Abancay. 
Eusebio Quito Carire, productor y gerente de la cooperativa señala que de una tonelada de papa obtienen 250 kilos de chuño, que lo venden a 6 soles el kilo.

Integrado por hombres y mujeres, la cooperativa utiliza papa huayro, peruanita y chaska, de descarte, para el procesamiento del chuño, que se apunta como una gran alternativa para el sostenimiento empresarial. La papa descarte de las 86 hectáreas del tubérculo que tienen instaladas, será destinada a la producción de chuño “Tesoro de los Andes”. La meta es procesar en el 2021, unas 10 toneladas del novedoso chuño andahuaylino.
En el mismo distrito de Kishuara, en el centro poblado de Quillabamba, un grupo de 16 pequeños agricultores de los valles de Soccomayo, Vincos, Palmira, Ccoripacha, Ingenio y Colpa, ha creado la primera cooperativa agraria de productores de palta denominada “Apurímac Avocados”, que mira con expectativa llevar sus paltas Hass y Fuerte, a mercados europeos. 

Oswaldo Zico Ccorahua Lara, gerente de la flamante empresa asociativa, define sus metas con la necesidad de imponer calidad a su producción, para lo cual requieren apoyo técnico y convertir a la cooperativa en productora, acopiadora, comercializadora y exportadora de paltas de calidad con sabor apurimeño.

En los tres casos de asociatividad, destaca el mismo interés: crecer de manera amigable con el medio ambiente. Impulsar la actividad productiva y económica con la participación activa y equitativa de hombres y mujeres. Generar puestos de trabajo en condiciones favorables para las partes. Sumar esfuerzos para el desarrollo de la región Apurímac. Bien valen aplausos.