jueves, 1 de octubre de 2020

Una burla llamada FAE-Agro

Una burla llamada FAE-Agro

Escribe, Efraín Gómez Pereira

Una vez más, la burocracia insensible, las decisiones que se toman tras un escritorio, se burlan de la agricultura, de los productores agropecuarios. A tres meses de su creación y anunciado con pompa, como el mecanismo de ayuda efectiva a la emergencia agraria en la actual época de pandemia, el mentado FAE-Agro, no alza vuelo.


Recordemos: A través del DU 082-2020, se creó el “Programa de Garantía del Gobierno Nacional para el Financiamiento Agrario Empresarial FAE-Agro, con el objeto de garantizar los créditos para capital de trabajo de los agricultores que realicen agricultura familiar conforme define la Ley Nº 30355, Ley de Promoción y Desarrollo de la Agricultura Familiar, a fin de asegurar la campaña agrícola 2020-2021, así como el abastecimiento de alimentos a nivel nacional”.

La campaña agrícola 2020-2021, está en marcha sin los créditos ofrecidos. Los productores de la agricultura familiar –supuestos beneficiarios del FAE-Agro- siguen en el mercado de los padecimientos. El fondo de 2,000 millones de soles, destinados a otorgar créditos entre 15 y 30 mil soles, a un estimado de 270 mil pequeños agricultores con menos de 5 hectáreas, está intacto. 

En Perú hay 2,2 millones de productores agropecuarios, lo que pone en evidencia, que este mecanismo para atender la emergencia, alcanzará apenas al 12% de los productores agropecuarios que requieren recursos para afrontar la campaña agrícola.

El Reglamento Operativo del FAE-Agro, fue aprobado por Resolución Ministerial Nº 226-2020-EF, el 8 de agosto, ratifica los términos del DU que crea el FAE-Agro, mantiene la exclusión a un importante sector de productores que fueron o siguen siendo afectados por la emergencia, como son los ganaderos y productores de cultivos permanentes.

La presión de los gremios, organizaciones agrarias y estudiosos, logró que estas exclusiones se subsanen en parte, a través del DU Nº 096-2020, del 12 de agosto, haciendo que ganadería y cultivos permanentes, incluidos en el concepto de agricultura familiar, sean incorporados al universo de “beneficiarios” del FAE-Agro.

El 24 de setiembre, tras agónica y “sacrificada” carrera entre los burócratas de los ministerios de Economía y Agricultura, se publicó la Resolución Ministerial Nº 276-2020-EF/52, que aprueba el contrato de garantía del FAE-Agro encargando la administración del programa a la Corporación Financiera de Desarrollo (Cofide).

Después de eso debe venir la subasta para seleccionar a las entidades financieras, y tasas de interés a aplicarse a los créditos con garantía del Estado.

El mar de burocracia cubre la ineptitud y letanía para que FAE-Agro se ponga en marcha. Con la experiencia de las subastas de Reactiva Perú, este proceso de FAE-Agro, una vez que se inicie formalmente, se tomará su tiempo y los bancos y cajas seleccionadas, harán lo propio para colocar los recursos. ¿Servirá para la campaña 2020-2021?

Mientras tanto, el campo abandonado, a merced del sacrificio de los pequeños productores descapitalizados, que no salen de los estragos causados por la emergencia en la campaña 2019-2020; muchos de los cuales se verán obligados a acudir donde los intermediarios, compradores de cosechas adelantadas, comerciantes y agiotistas, para facilitarse de recursos mínimos que les permita preparar terrenos y sembrar en los plazos oportunos.

 

Sería muy interesante que el ministerio de Agricultura y Riego, informe el impacto de la pandemia en el agro, en particular en la agricultura familiar, esa que a pesar de las limitaciones y protocolos nunca dejó de abastecer a las mesas peruanas, con los productos alimenticios básicos. 

 

En abril pasado, al inicio de la cuarentena, el Ejecutivo reconoció que el PBI agropecuario de este año sufriría pérdidas por S/ 1,611 millones, a causa de las medidas adoptadas ante la emergencia por el coronavirus. Hoy, con seis meses de cuarentena y con la actividad económica paralizada o reactivada a medias, ese estimado debe haber variado de manera importante.

 

“La crisis también afecta, especialmente a pequeños agricultores que son parte de la agricultura familiar, los cuales no tienen acceso a la banca, a los sistemas financieros, no son usuarios de los programas sociales del Estado”, reconoció entonces, el gobierno al publicar el DU Nº 041-2020.

 

 “De no implementarse medidas de recuperación de la actividad productiva ante la caída de los ingresos de los agricultores en el primer semestre y durante el año 2020, podríamos entrar en una crisis económica en el sector agropecuario”, advertía. Sospecho que desde abril, los ejecutores de decretos de urgencia no han leído su propia hechura, el DU 041-2020.