domingo, 9 de noviembre de 2025

Arturo Miranda Valenzuela

Escribe, Efraín Gómez Pereira

En los años sesenta del Siglo pasado, la hoy transitada avenida Seoane, que sube del parque El Olivo hasta el ingreso al colegio Miguel Grau, en Abancay, era un terral por el que muchos estudiantes de ese entonces tenían que recorrer para llegar a las aulas ubicadas en Chinchichaca.

Ex grauino y gestor decidido, el alcalde provincial de esa época, priorizó su trasformación junto a otras obras de necesidad pública, y la convirtió en una arteria de doble vía, por la que, en más de seis décadas, millones de pasos de miguelgrauinos, de abanquinos, al igual que millones de vehículos de todo tipo, dejen sus huellas por esa ruta, una de las más recorridas de la ciudad de Abancay.

El alcalde gestor era el abogado Arturo Miranda Valenzuela, quizás una de las autoridades más ejecutivas y comprometidas que haya tenido la capital de Apurímac.

El Mercado Modelo de la ciudad, que nos acoge con sus tradicionales caldos de cuy o de gallina, sus jugos especiales y sus maicillos siempre crujientes, también fue levantado por gestión de Miranda Valenzuela.


Arturo Miranda Valenzuela, personaje destacado de Apurímac.

Durante el periodo del alcalde, que regentó la ciudad capital entre los años 1963 y 1966, se realizaron obras de envergadura que literalmente cambiaron el rostro de la ciudad de Abancay, la ciudad de los Pikis. 

Se puede mencionar entre otras, con cargo a alguna omisión, el mercado de Huanupata, la Circunvalación al Mariño, avenidas Juan Pablo Castro, Estudiante, Centenario, Daniel A. Carrión, Garcilaso, el parque El Olivo, pavimentación de calles y avenidas, obras de agua y desagüe; centro de Esparcimiento de Taraccasa, piscinas municipales, campo de tiro de Villa Gloria, local de la biblioteca y radio municipal, etc.

Como presidente de la Junta de Obras Públicas hizo presencia en todos los distritos de Abancay, y en las otras provincias del departamento, en especial con la construcción de carreteras y trochas carrozables, en una clara visión de desarrollo regional.

Un inédito resumen apretado de la prolífica hoja de vida de Arturo Miranda, realizado por el doctor Pablo Zafra, con información facilitada por su hijo, Ramiro Miranda Zamora, nos permite conocer a un personaje no solo dinámico como alcalde sino, a un profesional pleno de idoneidad y un político de principios y valores difíciles de emular.

Dirigente desde sus épocas estudiantiles, fue defensor de causas justas como oponerse al cierre de la escuela Normal de Abancay, promoviendo el primer paro regional en la historia de Apurímac, pronunciando sendos discursos en Abancay que accionaron el respaldo de toda la ciudadanía.

Fundó el Colegio de Abogados de Apurímac, en 1964, convirtiéndose en su primer decano. Cargo similar ocupó en Junín, en cuya ciudad capital, Huancayo, vivió durante muchos años.

Como militante aprista, fue elegido Diputado por Apurímac en 1962, y Constituyente en 1978, con la octava más alta votación a nivel nacional.  


Ante Víctor Raúl Haya de la Torre, juramenta como Constituyente.

Recientemente la municipalidad provincial de Abancay, en el marco de las celebraciones del centésimo quincuagésimo primer aniversario, rindió homenaje a la memoria de Arturo Miranda Valenzuela, develando un busto en el parque El Olivo, en señal de reconocimiento a su destacada trayectoria personal y aporte a nuestra ciudad.

Arturo Miranda Valenzuela, natural de Pichirhua, es un personaje que todo abanquino, todo apurimeño, debemos conocer y valorar en reconocimiento a su integridad y capacidad de trabajo por nuestra ciudad.