lunes, 27 de julio de 2020

Patita: una sonrisa a la calidad de vida

Patita: Una sonrisa a la calidad de vida
Escribe, Efraín Gómez Pereira

La conmovedora situación del legendario campanero de la iglesia San Blas de Lambrama, Bautista Tello Teves, informada por este espacio del diario Pregón, sigue generando corrientes de solidaridad y apoyo, orientados a brindarle una calidad de vida a sus 90 años de edad.

Este fin de semana, ex alumnos de la primera promoción del Colegio secundario Mixto de Lambrama, egresada en 1983, entregaron importantes donativos al entrañable Patita, conocido y recordado como el multioficios de Lambrama.

Patita que vive con una de sus hijas y cinco nietos, en una casa alquilada en Patibamba Bajo, recibió una cama, colchón, frazadas, ropa de cama y víveres. Así como un coche mecánico y un bastón, gran ayuda para que el veterano pueda movilizarse, con apoyo de sus nietos. La cama fue hecha por José Yupanqui Pumapillo, en su taller de Lambrama.
Compartieron con el anciano, quien no dejada de sonreír de felicidad, los lambraminos Promoción 1983, Matilde Ayala Espinoza, Balvina Pumapillo Aimara, Mercedes Quintana Pumapillo, Hilda Gamarra Ccanre, Amadeo  Vera Milla, Wilber Cáceres Juro, Honorato Huallpa Gómez, Dino Pereyra Peralta; y desde Lima, Eugenio Damián Quispe. En acuerdo sin precedentes y muy emotivo, los ex alumnos reconocieron a Bautista Tello Teves, como un integrante más de la Promoción 1983.  

La campaña de apoyo y solidaridad con Patita, la promueven Amadeo Vera Milla, en Cusco; Dino Pereira, en Abancay y Efraín Gómez, en Lima. Hay la disposición de seguir brindando ayuda al campanero con alimentos, semana a semana, con el aporte voluntario de los lambraminos.

Amadeo Vera Milla, recordó a Bautista como un gran personaje de Lambrama y un amigo muy cercano a su familia. “Siempre atento y servicial, lo veo en Ccotomayo, con su casco y su andar lento. Muchas veces lo he visto en mi casa desde muy de madrugada, metido en la panadería avivando los hornos, pues era el panadero alterno en la familia”, evoca emocionado. 

“A mis hermanas y sobrinas les elaborada cunas artesanales o kirau, para sus muñecas con madera de eucalipto, lambras o unca, amarrados con fuetes hechos con cuero de vaca” recuerda.

Señala que hace algunos meses se dio la tarea de ubicar a Bautista en Abancay. Para ello contó con la ayuda de sus amigos de promoción como Dino Pereyra. “Ayudaron mucho las notas publicadas en el diario Pregón, por Efraín Gómez, pues estas lograron ahondar la sensibilidad humana sobre un personaje de nuestra niñez”, enfatiza.

Patita a sus 89 años a cuestas, con una discapacidad permanente y limitado para muchas cosas, debe saber en su interior, en su enorme corazón, que tiene amigos que lo quieren, que piensan en él, que se juntan para visitarlo y llevarle un poco de cariño y sacarle una sonrisa.

Patita, el dueño del Chincapun, merece más, mucho más de los lambraminos. Seguiremos en ese esfuerzo, por sumar afecto y cariño, para un hombre que lo vale. Para todos los Patita de Lambrama.